- El consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, admitió ayer que no hay fecha para la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Estado-País Vasco “muy a nuestro pesar”.

Esta comisión tiene que reunirse para la concertación de impuestos pendientes, como la tasa financiera o la tasa a las compras vía Internet. También para fijar el déficit público del año que viene, que hay que pactarlo con el Estado.

“No hay fecha y no las tengo todas conmigo” (de que sea pronto), comentó el consejero ayer al término del Consejo de Gobierno. Más allá de la necesidad del encaje de esos nuevos impuestos dentro de la autonomía fiscal vasca, lo cierto es que el Gobierno Vasco necesita conocer el déficit previsto para 2022 de cara a elaborar los presupuestos de ese año. Es una de las claves que queda por resolver y Azpiazu dejó entrever ayer que volverá a ser un tema de fricción entre Euskadi y el Estado durante las próximas semanas. Otro verano caliente como el del año pasado, cuando fue necesario revisar el déficit sobre la marcha por el impacto del covid.

Entonces no fue posible alcanzar un acuerdo hasta el 31 de julio básicamente porque el Gobierno de Pedro Sánchez no supo entender que la relación de bilateralidad le obliga a negociar ese capítulo trascendental de la política presupuestaria. El acuerdo in extremis, que supuso concesiones por ambas partes, conllevó un compromiso para abordar en septiembre la cifra de este año. La música se repite y las palabras de ayer de Azpiazu admitiendo que no ve nada claro el proceso anticipan un nuevo choque, si bien todo apunta a que no alcanzará los niveles del año pasado.