- Los concesionarios de automóviles en el País Vasco están preocupados por la reducción de las ventas de coches y por la presión de los fabricantes para comercializar unos automóviles eléctricos que, como reconoció el director de Mercedes Vitoria, Emilio Titos, “no se venden”. El dirigente del grupo alemán no dudó en señalar en un acto público en Euskadi que “nuestros clientes dicen que no lo pagan porque cuesta más. ¿Quién lo paga? La sociedad no está preparada y tampoco la infraestructura lo está para las recargas”.

Es más, el propio presidente de Mercedes Benz España, Roland Schell, ha indicado más de una vez que hoy por hoy, el eléctrico es “un segundo coche familiar”.

En la misma línea, Luca de Meo, máximo responsable de Renault, justifica el liderazgo en ventas del Zoe “porque es un coche para la ciudad”, que es, en el actual grado de desarrollo de las baterías, el escenario ideal para estos vehículos, un hecho que contrasta con la creciente limitación a la circulación de coches, contaminantes o no, por las urbes. Todo ello, según fuentes del sector, limita el mercado potencial del vehículo eléctrico a día de hoy.

Esto preocupa a los concesionarios de automóviles en la CAV que, con datos de antes del covid, configuran un sector formado por 106 concesionarios, que en épocas normales facturan unos 1.762 millones de euros anuales y emplean a cerca de 6.500 personas. El sector genera una actividad económica importante en Euskadi pues si tenemos en cuenta el porcentaje que aporta al Producto Interior Bruto, los concesionarios representan cerca del 3,2% del PIB vasco.

Los concesionarios esperan como agua de mayo el levantamiento de las restricciones de movilidad para poder recuperar el tono comercial, ayudados por los planes Renove y Moves, porque “recuperar las ventas de coches supone un tirón para la primera industria vasca, la de automoción, y avanzar en las reducción de emisiones de CO2 ya que los coches nuevos contaminan menos”.