- El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reclamó ayer en el Congreso de los Diputados un “mecanismo” de ajuste en el sistema público de pensiones que sea “lo más automático posible” con el fin de asegurar su sostenibilidad: “No podemos estar hablando permanentemente de la reforma del sistema”, enfatizó.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a la que acudió para presentar el Informe anual del Banco de España, De Cos reivindicó la necesidad de “equilibrar ingresos y gastos”, ante la “presión significativa” que implica el envejecimiento de la población.

En este sentido, señaló que la reforma realizada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013 “equilibraba ese problema”, si bien recordó que sus niveles de revalorización -al 0,25% en situaciones de desequilibrio- “parece que no son admisibles”. Por ello, pidió a los grupos que, si no se comparten estos índices, exista un acuerdo para “compensar de otra manera” las cuentas del sistema público de pensiones “para que el sistema sea sostenible”.

Otra de las reformas que defendió De Cos fueron las laborales, realizadas en 2010 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y en 2012 por el Ejecutivo de Rajoy. “El Banco de España valoró positivamente las reformas de 2010 y 2012. Y lo seguimos pensando”, dijo.

En todo caso, señaló que el organismo que gobierna “nunca ha dicho que (estas reformas) resolvieron todos los problemas”, y en este punto citó el desempleo de larga duración, para el que pidió actuar con políticas activas de empleo, y la dualidad.

Asimismo, el responsable del Banco de España reconoció durante su comparecencia que no descarta un empeoramiento de las perspectivas económicas en función de la evolución de la pandemia de COVID-19.

Así, señaló que a la hora de elaborar sus previsiones, “no tenía la percepción de rebrotes de la magnitud” como los que se están dando y, por tanto, asumió que será necesario “calibrar semanalmente” el impacto de la emergencia sanitaria en la economía.

Para este año, el Banco de España contempla una caída del PIB del 10,5% en el mejor de los escenarios, y hasta del 12,6% en el peor, con previsión de no haber recuperado la actividad ni siquiera a finales de 2022, a cuyo término el PIB quedaría entre dos y seis puntos por debajo de los niveles previos de la crisis.

Sin embargo, Hernández de Cos subrayó que estos riesgos “están claramente a la baja” en las previsiones del Banco de España y que “no se pueden descartar más”. “La evolución aún más pesimista es una posibilidad”, incidió. Esto pasaría por un “daño superior al incorporado” por la pandemia, o a otros factores externos, como un brexit sin acuerdo a final de año o a otros derivados de las “tensiones comerciales”.

En todo caso, incidió en que las previsiones de su organismo no recogen los efectos de la utilización de los fondos europeos, destacando que, según los cálculos del Gobierno, estos podrían tener un efecto multiplicador de 13 puntos de PIB repartidos en varios años.

Hernández de Cos pide políticas activas y dualidad para combatir las altas tasas que registra el desempleo de larga duración