- El banco que nacería de una fusión entre CaixaBank y Bankia superaría las 300 sucursales, en concreto 308, a la espera del ajuste que previsiblemente se realizaría para evitar duplicidades en algunas zonas en las que hay cerca oficinas de ambas entidades, con el consiguiente impacto laboral.

La red en Euskal Herria de ese nuevo banco sería muy tupida debido a la notable presencia de CaixaBank en la comunidad foral, donde cuenta con 146 sucursales, tras hacerse en 2012 con las riendas de la extinta Caja de Ahorros de Navarra (CAN). Bankia tienen solo dos oficinas en suelo navarro. En la Comunidad Vasca, la presencia del banco de la antigua caja de ahorros madrileña es algo mayor, con catorce oficinas. El banco catalán con sede en Valencia está a pie de calle en Euskadi con 137 sucursales, 79 en Bizkaia, 41 en Gipuzkoa, y 17 en Álava.

Aun en el poco probable caso de que si se materializa la fusión no se produzca ningún cierre de oficinas en Euskadi, la entidad resultante no ganaría peso en el mercado de la CAV, donde Kutxabank es el líder indiscutible con casi 1.200 sucursales y Laboral Kutxa y BBVA tienen una destacada penetración. La operación está ideada para ganar peso en el Estado, en las comunidades, sobre todo en Madrid, donde Bankia es una referencia. Así que en Navarra tampoco se producirá un vuelco en el mercado.

Por ello, el nuevo banco resultante apenas repercutirá en la cuota del 33% de mercado que actualmente ocupa la CaixaBank en Navarra, debido al escaso peso que tiene el banco nacionalizado en la Comunidad Foral, con apenas quince personas trabajadoras en plantilla y dos oficinas en Iruñea.

En Navarra, actualmente CaixaBank contabiliza 685 trabajadores y trabajadoras en plantilla -aunque hay que añadir unas 40 personas que se encuentran bajo la figura de excedencias especiales, es decir, actualmente desempeñan sus tareas de manera temporal en empresas de la entidad, pero no directamente en CaixaBank. En todo caso sí entrarían en un programa de ajuste de plantilla.

Los sindicatos reaccionaron ante el anuncio de esta fusión y pusieron en valor el empleo. CCOO espera que esta operación “no afecte al empleo” en Euskal Herria, pero que si se produce que se realice a través del acuerdo y sin medidas traumáticas. En opinión del sindicato, desde el punto de vista financiero, y dada la situación de mercado, tipos de interés y avance de la digitalización, “es una operación que tiene lógica empresarial”; y debido a la coyuntura generada por el COVID, “se anticipa y prepara para los impactos que puedan amenazar sus balances”. Por su parte, la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC-UGT) y sus estructuras organizativas se volcarán en preservar el empleo si finalmente se produce una fusión entre Bankia y CaixaBank. “Vamos a poner todo nuestro esfuerzo para salvaguardar los puestos de trabajo y los derechos sociales y económicos de los trabajadores y trabajadoras si este proyecto de fusión se lleva a cabo”, comunicó. Esta central recordó que el proceso de consolidación bancaria de los últimos años en España “se ha visto acompañado de la destrucción de unos 100.000 empleos y una reducción de las redes de sucursales de más del 40%”