- La firma ferroviaria CAF de Beasain dio un vuelco ayer a los tradicionales buenos resultados que, año tras año, se iban incrementando. La crisis del COVID-19 ha tenido un impacto directo en su actividad, y en su habitual presentación del balance del primer semestre del año informó de una pérdida de 35 millones de euros, cuando un año antes había ganado 25.

La razón principal que argumentó para explicar la evolución negativa de su actividad se debe a las consecuencias de la pandemia, que paralizó la actividad en buena parte de los mercados clientes de la empresa guipuzcoana y en su propio seno, pero añadió que los cambios de divisas también afectaron de manera negativa en el balance del primer semestre del año.

Según los datos presentados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores CNMV, CAF obtuvo entre enero y junio una cifra de negocio de 1.117 millones de euros, lo que significa que vendió un 12% menos que el mismo periodo del año anterior. La caída fue similar en el negocio de autobuses, donde el descenso se cifró en un 13%, y en el ferroviario, donde la disminución alcanzó los 11 puntos porcentuales.

En este sentido, destaca que las ventas de unidades y de componentes, señalización, sistemas y equipos registran pérdidas, que fueron compensadas en parte por la oferta de servicios, apuesta que la compañía guipuzcoana ya emprendió hace unos años. La adquisición de la firma Euromaint ha tenido una fuerte influencia en estos resultados positivos y demuestran que la diversificación del negocio es una buena senda.

La tradicional buena salud de su cartera de pedidos, por su parte, garantiza carga de trabajo a medio plazo en una situación en la que varias industrias vascas plantean cierres y reducción de plantilla. En el caso de CAF, los encargos ascienden a 8.928 millones de euros, después de que durante el primer semestre del año firmara contratos por valor de 599 millones.

Del conjunto de la nueva contratación, CAF señala que los autobuses tuvieron un mejor comportamiento ya que se firmaron contratos por valor de 305 millones de euros frente a los 294 millones correspondientes al negocio ferroviario. Además, advierte de que en esta cifra no se incluye el pedido por parte de Renfe de 37 unidades de vía estrecha que incrementaría la cantidad en 250 millones de euros, con lo que se equipara la cartera a la registrada un año antes.

Por su parte, el bajo circulante que ya de por sí acostumbra a mantener el grupo guipuzcoano se ha visto reducido aún más por la gestión durante la crisis del coronavirus y se sitúa en 95 millones frente a los 112 de 2019.

Resultado de estos números es un descenso del Ebitda del 37%, de los 116 millones anteriores a los 76 actuales que la firma de Beasain confía en incrementar una vez se recuperen “parte de las ineficiencias producidas por la paralización de la actividad de fabricación”, y en el momento en que “los operadores de flotas retornen progresivamente a sus niveles de actividad normales”, según cita en su informe.

No obstante, también advierte de que perdura la incertidumbre sobre las consecuencias de la pandemia en los próximos meses y que, por ejemplo, podría hacer peligrar la equiparación de la contratación que se registró en el conjunto del año anterior y que ascendió a 4.066 millones de euros.

Aun y todo, confía en mantener su nivel de pedidos y ventas alcanzado en ejercicios anteriores con una recuperación en la segunda mitad del año. Son varias las razones que aporta para basar esta afirmación, como las buenas perspectivas de los sectores de transporte ferroviario y movilidad urbana, que apuntan a una recuperación.

La apuesta por la movilidad sostenible es una baza que CAF confía en aprovechar para volver a la senda del crecimiento, y considera que la situación es apropiada por el “continuo desarrollo de la electromovilidad urbana” que ofrecería un fuerte negocio a su filial de autobuses Solaris, así como la “sostenibilidad inherente al transporte ferroviario en general” que aportaría beneficios a su negocio tradicional.

Actividad interna. El negocio de vehículos ferroviarios paralizó su fabricación del 16 de marzo al 6 de abril, lo que obligó a llegar a acuerdos de flexibilidad con las cabeceras del Estado para recuperar esos días durante el segundo semestre del año. Los empleados de taller comenzaron su actividad el 20 de abril. Respecto a los autobuses, su actividad se mantuvo aunque con una “ligera ralentización” de las entregas.

Negociación externa. Esta parada obligó a CAF a renegociar con sus clientes, proveedores y trabajadores una reprogramación de los proyectos, además de presentar expedientes de regulación de empleo en las filiales Euromaint y Actren.

Recuperación. En la actualidad, la actividad del Grupo CAF se encuentra “al 100%”.

El grupo guipuzcoano confía en recuperar su ciclo de crecimiento en ventas y beneficios durante el segundo semestre del año

CAF considera que la carter a de pedidos actual, que asciende a 8.928 millones de euros, garantiza su actividad a medio plazo