Una firma salvada por los propios trabajadores
La propiedad de Papresa ha pasado por la plantilla, un inversor privado y dos fondos en 25 años
- La situación de Papresa, antigua Papelera Española, atravesó duros momentos hasta que en 1995 el comité de empresa, la dirección y los sindicatos ELA y LAB firmaron un acuerdo para hacerse con la propiedad y salvar su viabilidad. Un precedente de la apuesta institucional actual de fomentar la participación de los trabajadores en la empresa para garantizar su futuro y su arraigo en el territorio.
Ocho años más tarde, en 2008, fue el grupo siderúrgico Alfonso Gallardo quien adquirió la empresa en un movimiento por diversificar su negocio siderúrgico que también contempló la adquisición de Cementos Balboa en Extremadura. La operación se saldó con un desembolso de 200 millones de euros y el compromiso de invertir otros 100 millones.
Desde entonces, Papresa se convirtió en uno de sus activos más saneados y seguros, lo que no impidió que siete años después, en 2014, fuera vendida al fondo de capital riesgo estadounidense KKR, quien también se hizo con las instalaciones extremeñas del Grupo Gallardo.
Precisamente estas últimas fueron las primeras que el fondo KKR vendió en un proceso de desinversiones que ha tenido como nuevo hito la venta de Papresa al grupo inversor alemán Quantum. Ya el año pasado en medios especializados se especuló con que el grupo indio Kejriwal podría adquirir la papelera guipuzcoana por 100 millones de euros, extremo que finalmente no se ha materializado tras la aparición del inversor germano.
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