- La Diputación de Gipuzkoa cree que 2021 será un año “aún más complicado que 2020” si no se permite superar los límites legales actuales de endeudamiento. La crisis por la pandemia del COVID-19 ha provocado un desplome de los ingresos fiscales, lo que ha obligado al Gobierno foral a reordenar sus previsiones y cuentas. El diputado foral de Hacienda y Finanzas, Jabier Larrañaga, que compareció ayer en la comisión del ramo en las Juntas Generales a petición de Elkarrekin Gipuzkoa y EH Bildu, insistió en que la clave para afrontar el futuro es que se flexibilice la legislación sobre la estabilidad presupuestaria y financiera. La actual normativa solo permite renovar créditos que vencen en el mismo ejercicio, por lo que desde la Diputación se reclama que se pueda recurrir a deuda nueva.

“Si no hay capacidad de endeudamiento para cubrir el remanente, 2021 va a ser un año muy complejo”, pronosticó Larrañaga. El diputado foral recordó que Gipuzkoa, y por ende las instituciones del territorio, ha dado sobradas muestras de que ha hecho un “uso responsable del endeudamiento”, por lo que no ve motivos para que no se amplíen los límites. “No sería justo”, dijo, que la Diputación no pueda recurrir a endeudamiento, y alertó que, en caso negativo, tendría impacto sobre “nuestros servicios sociales básicos”.

Larrañaga puso cifras al importante agujero que han sufrido las arcas forales. Hacienda estima que la recaudación fiscal de este año sufrirá una caída de entre el 20 y el 25%, es decir, unos 1.200 millones de euros contantes y sonantes. El 80% de este descenso procede de la menor recaudación por IVA, IRPF y ajustes con el Estado. Solo hasta el pasado 10 de abril, los ingresos bajaron un 24%, una cifra que habla por sí sola. Al contrario que otras crisis económicas que se ven venir, en este caso ha llegado “de golpe, vertical, con una gran intensidad”.

Casi de la noche a la mañana, la Diputación ha rehecho sus cuentas para hacer frente a la nueva situación económica. Larrañaga abundó en las cifras que el diputado general, Markel Olano, y el diputado foral de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, avanzaron el pasado 24 de abril. Los 915 millones del presupuesto foral para 2020 sufrirán una merma y se reajustarán para pasar a engrosar unas cuentas de 715 millones. Hacienda prevé que la bajada de recursos presupuestarios por la crisis del COVID-19 alcance los 200 millones, que se cubrirán con recursos propios, bien a través de deuda (70 millones) o remanente (45 millones). Aún y todo, la Diputación tendrá un déficit de 85 millones. ¿Cómo se hará frente a este déficit? Con una reducción de las inversiones previstas para este año (40 millones), un descenso también del gasto corriente (25 millones) y otros 20 millones en inejecuciones. De este modo, prevé cuadrar las cuentas y no tener que franquear dos líneas rojas: políticas sociales y promoción económica. La Diputación pretende mantener fuera de los ajustes a estos dos sectores que considera prioritarios. “Hay que ser prudentes y optimistas, y hay departamentos que tienen claro qué toca priorizar y aplazar”, explicó Larrañaga.

Durante el turno de preguntas, la portavoz de Elkarrekin Gipuzkoa, Arantza González, criticó al diputado de Hacienda y Finanzas por no explicar los criterios que ha seguido el Gobierno foral para rebajar las inversiones ni a qué partidas afectará el menor presupuesto, y señaló que la recaudación de impuestos recae en las rentas de trabajo y el IVA, y no tanto en las empresas. “Hace falta una reflexión sobre el reparto equitativo de la riqueza”, afirmó. Por su parte, el portavoz de EH Bildu, Ernesto Merino, censuró que para aprobar el nuevo presupuesto el Gobierno foral no ha tenido en cuenta a las Juntas Generales, una cuestión a la que también hizo referencia el juntero del PP José Luis Arrúe.

Larrañaga, que insistió en que Gipuzkoa ha hecho los deberes durante los últimos años y por este motivo presenta una situación financiera holgada, recalcó que lo primordial es no poner en riesgo las políticas sociales y la promoción de la economía. “Hay que tener un ojo en la recaudación y otro en el presupuesto. Adecuar las velocidades para que vayan acompasadas en 2020. Además, en previsión de lo que suceda en Europa, es importante ajustar los gastos a nuestras necesidades e igual en 2022 estamos en la senda del cumplimiento y el control”.

“Hay que ser prudentes y optimistas. Hay departamentos que saben qué hay que priorizar”

“Hemos hecho un uso responsable del endeudamiento. No sería justo no poder recurrir”

Diputado foral de Hacienda y Finanzas