- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pronosticó ayer que la crisis generada por el coronavirus COVID-19 tendrá las "peores consecuencias económicas" desde la Gran Depresión de los años 30 tras el crac bursátil de 1929.

En un discurso pronunciado ayer en Washington, Georgieva subrayó que es una crisis que supone "una prueba para nuestra humanidad. Estamos enfrentándonos a una crisis como ninguna otra. El COVID-19 ha alterado nuestro orden social y nuestra economía a la velocidad de la luz y a una escala que no habíamos conocido en nuestra vida", asegura la búlgara.

Hace apenas tres meses, el FMI esperaba que cerca de 160 países registraran un crecimiento de ingresos per cápita en 2020, mientras que ahora estima que 170 Estados registrarán una contracción en ese dato.

Georgieva aseguró que la "recuperación parcial" de la economía global no se producirá hasta 2021, a la vez que informó que más de 90 países han pedido ya asistencia financiera al organismo. "Si la pandemia se empieza a ir en la segunda mitad del año -y así nos permite un gradual levantamiento de las medidas de contención y la reapertura gradual de la economía- nuestra asunción de base es de una recuperación parcial en 2021. Debemos reunir la determinación de todos ) de actuar con decisión y de forma conjunta para proteger las vidas y los medios de vida. Estos son los tiempos para los que se creó el FMI: estamos aquí para poner en marcha la fuerza de la comunidad global, de manera que podamos proteger a los más vulnerables y revitalizar la economía", explicó Georgieva.

La directora gerente del FMI también alertó de que los países de bajos ingresos son todavía más vulnerables a la crisis actual, por la debilidad de sus sistemas de salud y la escasez de recursos a su disposición. Según los cálculos del FMI, en los dos últimos meses, los países emergentes han experimentado fugas de capitales por valor de 100.000 millones de dólares (92.063 millones de euros).

Georgieva explicó que desde que comenzó la crisis, los países del mundo han aprobado medidas fiscales por valor de 7,36 billones de euros.