- Los efectos del coronavirus y los reflejos en el banco del caso Villarejo sobrevolaron ayer una inhabitual junta de accionistas del BBVA en la que el presidente de la entidad vasca, Carlos Torres, reclamó que se adopten “medidas fiscales y laborales” para contrarrestar, al menos parcialmente, los efectos negativos que va a generar en la economía la pandemia. Al mismo tiempo, accionistas críticos pidieron a Carlos Torres que se moje en relación al caso Villarejo y su relación con la gestión del anterior presidente, Francisco González (FG), y que no se escude en “vamos a dejar actuar a la Justicia”, como afirmó Torres.

Dos accionistas, Luis del Rivero e Felipe Izquierdo, pidieron más “contundencia y transparencia” en las actuaciones de Torres tras recordar que tras el levantamiento del secreto de sumario en el caso Villarejo, el banco tiene motivos para adoptar decisiones en relación a la gestión anterior de Francisco González y actuar con más transparencia.

La junta de accionistas de BBVA estuvo marcada por las medidas para prevenir contagios, lo que implicó separar ostensiblemente a los accionistas en las diversas salas del Palacio Euskalduna, incluidos a los consejeros entre sí, hasta el punto que no estuvieron en el escenario tras el presidente, consejero delegado y secretario que llevaron el peso de la junta. En el citado acto se puso de manifiesto por segundo año consecutivo que los intentos del actual presidente, Carlos Torres, por mantenerse al margen del caso Villarejo han sido infructuosos pues aunque no se le implica en los hechos sí se le pide que actué en relación a las prácticas desarrolladas, entre ellas el espionaje a accionistas y trabajadores del propio banco.

Como se recordará, la Audiencia Nacional investiga los trabajos realizados en su día por la empresa Cenit, vinculada al excomisario Villarejo, para intentar frenar una opa de Sacyr al banco, para lo cual se habrían intervenido miles de llamadas telefónicas a políticos y empresarios, entre ellos al entonces presidente de la constructora, Luis del Rivero, “869 llamadas en mi caso”. Fruto de las investigaciones realizadas por el juez Manuel García Castellón se produjo la imputación del banco, de algunos directivos y del anterior presidente, Francisco González, bajo cuyo mandato se llevaron a cabo los encargos.

Luis del Rivero aprovechó su intervención para cargar con dureza contra “Don Francisco González,” pidiendo que se le retire su cargo de presidente de honor de forma definitiva y que se le retengan todos los activos del banco por su papel en el caso Villarejo, en el que está investigado. Del Rivero cuestionó que FG se escudase en que “el no sabía nada”, una postura que contrasta, según subrayó el accionista, con la que mantuvo el fallecido Emilio Ybarra que asumió sus responsabilidades con las cuentas secretas hasta salir inocente en el juicio.