DONOSTIA - Los principales agentes de la industria vasca prevén que la pandemia del coronavirus afectará de forma "severa" a su actividad a medio plazo, y que los efectos negativos sobre su producción pueden empezar a percibirse en dos o tres semanas. En las grandes superficies de alimentación, por el contrario, existe una situación de "tensionamiento", con un repunte de las ventas de hasta un 300%, pese a lo que se mantiene una "total garantía" en el abastecimiento.

Representantes de los clústeres industriales de Euskadi han expresado su preocupación por el impacto de la crisis del covid-19 en la actividad económica en un encuentro celebrado este viernes con la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia.

La reunión se ha celebrado a distancia, por canales telemáticos, para evitar posibles contagios por coronavirus. El Departamento de Desarrollo Económico ha subrayado, a través de un comunicado, que de las opiniones recabadas entre los agentes industriales puede extraerse la conclusión de que la afección del coronavirus en el tejido industrial "no es del todo significativo" en la actualidad, si bien se prevén unas consecuencias "severas" a medio plazo.

En el encuentro de este viernes se ha constatado que, al igual que del resto de sectores y ámbitos, y como consecuencia de las medidas de prevención ante el covid-19, las empresas de la industria se están viendo afectadas de manera "significativa" en su gestión de los recursos humanos y en su actividad comercial, lo que también está suponiendo una caída del número de contratos.

A su vez, la actividad comercial permanece prácticamente parada, y se han evitado viajes y encuentros profesionales o reuniones presenciales. Sin perjuicio de lo anterior, las empresas han destacado la relevancia de mantener el contacto con clientes y proveedores a través de medios telemáticos.

DIFICULTADES PARA EL TELETRABAJO.

Los agentes industriales han explicado la dificultad que supone implantar el teletrabajo en las plantas productivas, en las que están tomando otra serie de medidas, como la combinación de turnos, de manera que se garanticen equipos que estén menos expuestos a la propagación del virus. También se ha optado por separar a personal crítico en el sistema de producción para garantizar su salud.

Sin embargo, se ha constatado que la producción industrial se está desarrollando con una "relativa normalidad", siempre en un contexto de "exigentes y rigurosas" medidas de seguridad. Aun así, los agentes industriales han afirmado que la producción no está sufriendo grandes trastornos, bien porque no se han sido afectados de manera directa, bien porque han gestionar sus stocks y encontrado alternativas.

FALTA DE SUMINISTROS.

En todo caso, y aunque no de manera todavía generalizada, se aprecia alguna señal que apunta al posible inicio de un periodo de falta de suministro de materias primas y del agotamiento de algún producto.

Las afecciones en la producción están previstas en el plazo de dos o tres semanas. Los clústeres industriales dan por hecho que la crisis va a tener un efecto "perverso" de forma generalizada en el mercado, con un escenario negativo a medio-largo plazo y sin que exista la capacidad de cuantificar, por el momento, su impacto.

La ausencia prácticamente de actividad comercial y de pedidos durante el tiempo que dure la pandemia afectará, según indican los clústeres, a las inversiones, ventas y, por lo tanto, a la producción, de forma "severa".

INCERTIDUMBRE.

Existe preocupación respecto a la relación con mercados exteriores como China e Italia. El temor se centra, especialmente, en las empresas más pequeñas y las que dependen de mercados internacionales, ante la incertidumbre que les genera el desconocimiento sobre cuándo se podrá restablecer la actividad económica.

Además, los agentes industriales han subrayado que la falta de certezas sobre cuál será evolución de la enfermedad en los países europeos acarreará una "desestabilización" de los mercados y un nuevo contexto de "incertidumbre". En todo caso, se prevé que Italia, Francia, Alemania y España -principales mercados de Euskadi- puedan ser los países más afectados.

AYUDAS Y BONIFICACIONES

En la reunión de este viernes, el Gobierno Vasco ha presentado algunas de las medidas de apoyo a la industria que tiene previsto poner en marcha. Entre estas actuaciones, se encuentran planes para facilitar liquidez a corto plazo, nuevas líneas de circulante, líneas de financiación, medidas fiscales o aplazamientos y reperiodificación en el pago de deudas tributarias.

Asimismo, se prevé poner en marcha bonificaciones a nuevas inversiones, medidas de apoyo a la mejora competitiva y el desarrollo industrial, así como impulsar acciones de promoción comercial local e internacional, o planes de recuperación de la competitividad que incentiven las relaciones digitales en la cadena de valor, promoviendo el teletrabajo.

Otras actuaciones consisten en la ampliación de plazos en los programas de ayudas públicas de I+D+i, internacionalización, digitalización e inversión, el apoyo a la inversión para no perder competitividad, la intensificación de 'planes renove', medidas de flexibilidad laborar, la articulación de un protocolo "ágil y claro" de Expedientes de Regulación de Empleo Temporales y aplazamientos y reperiodificación en los pagos a la Seguridad Social.

Ante el incremento del teletrabajo como medida preventiva para evitar contagios, el Gobierno Vasco ha afirmado que la crisis sanitaria que ha llevado a este cambio de tendencia en la actividad laboral puede suponer una "oportunidad" para la transformación digital y cultural de Euskadi. Tapia considera que desde el punto de vista productivo, la pandemia de coronavirus "probablemente marcará un antes y un después en el desarrollo digital de nuestro país".

IMPACTO EN EL SECTOR DE ALIMENTACIÓN

Por otra parte, desde el Gobierno Vasco se ha reconocido que esta crisis está impactando de manera "excepcional" en las empresas de la alimentación, algo que no se debe a la situación de las ventas en los supermercados, sino al impacto de la pandemia en la hostelería y en el canal de hoteles, restaurantes y cafeterías.

Desde el Ejecutivo se ha subrayado que la cadena de agroalimentación se encuentra "muy tensionada" por la respuesta que están teniendo las personas consumidoras, debido a una demanda intensiva en las grandes superficies, con repuntes de venta de hasta un 300%.

No obstante, el Gobierno ha afirmado que las empresas del sector están respondiendo de forma "equilibrada", ofreciendo "total garantía en el abastecimiento" a esta demanda. De esa forma, el Gobierno ha asegurado que "en ningún caso se prevé problema de desabastecimiento, siempre y cuando la conducta del consumidor se ajuste a la necesidad real". Por el contrario, en los hoteles, restaurantes y cafeterías existe "preocupación" ante la disminución de las reservas y la multiplicación de cancelaciones.