Más del 40% del empleo temporal en el sector privado es a tiempo parcial

donostia - El contrato a tiempo parcial está muy vinculado a la temporalidad. Es así en el conjunto del Estado español y especialmente en Euskadi, donde el empleo de media jornada se ha convertido en una puerta provisional al mercado de trabajo y cuenta con una presencia relativamente baja entre los asalariados con contrato indefinido. Según los registros de la Seguridad Social, el 41% de los ocupados vascos que trabajan en la empresa privada de forma temporal tienen un contrato parcial, mientras que entre los que tienen empleo fijo el porcentaje es del 16%. En el Estado español el empleo parcial está algo más asentado con una incidencia entre los indefinidos del 21%.

La irrupción de los contratos por horas se ha acentuado en los últimos años como parte del proceso general de entrada al mercado de trabajo de mano de obra más barata. Según datos del INE, el porcentaje de trabajadores vascos con jornada parcial ha pasado del 12,8% al 16,4% desde 2007, la mayoría mujeres, aunque las cifras son bastante más altas si se deja de lado el sector público.

La empresa privada -sin funcionarios, autónomos ni régimen especial de trabajadoras del hogar- cuenta en Euskadi con cerca de 700.000 trabajadores, de los que un tercio son temporales. Es un porcentaje superior a la tasa de temporalidad media en la CAV -de en torno al 24%- pese a los importantes índices de temporalidad en la administración pública vasca.

El año pasado la empresa privada ganó algo más de 20.000 asalariados en Euskadi y hubo incrementos del empleo en todas las modalidades de contratación, aunque el crecimiento fue más pronunciado entre los temporales, lo que sigue empujando hacia arriba la tasa de temporalidad en el sector privado (30,57%). De esos 210.000 asalariados vascos de la empresa privada con contrato temporal, cerca de 86.000, cuatro de cada diez, trabajan a jornada parcial.

Se puede decir por tanto que en Euskadi el empleo parcial es cosa de la rama temporal, dos variables que conectan de forma directa con sectores de actividad muy concretos como la hostelería o el comercio.

No siempre la jornada parcial está vinculada a la precariedad y en ocasiones es una opción personal del propio trabajador orientada al cuidado de hijos o familiares o al estudio o reciclaje profesional. En cualquier caso, el Banco de España calcula que el 60% de los trabajadores a tiempo parcial quieren trabajar más horas, el doble que antes de la crisis.

El subempleo tiene además una cara B ya que muchas veces esconde una jornada más larga de la que determina el contrato y por tanto de la que realmente se paga. Tanto es así que el Gobierno Vasco puso en marcha en 2017 una campaña para revisar todos los puestos de trabajo a tiempo parcial y asegurarse de que no están encubriendo jornadas completas. La Inspección considera que puede haber una bolsa de fraude importante en este terreno, aunque en todo caso no superior al 10% de todos los contratos parciales.

78.000 parciales fijos El contrato parcial también gana terreno entre los indefinidos, pero su nivel de penetración en este grupo es mucho más bajo. En términos absolutos la cifra es importante (78.000) y se aproxima a la de los temporales, pero dado que el número de trabajadores indefinidos es mucho mayor, la tasa de empleo parcial se queda en el 16,3%. Es decir, las actividades con empleo más estable conservan un cierto blindaje ante el auge del contrato por horas, aunque poco a poco las cifras absolutas también van en aumento.

La comparativa con el mercado laboral español confirma la relación entre temporalidad y media jornada, aunque la incidencia en el empleo fijo es algo más elevada. Más de 1,5 millones de trabajadores españoles del sector privado combinan empleo temporal y a tiempo parcial, el 35%, seis puntos menos que en la CAV. En cambio, más del 21% de los asalariados indefinidos trabajan menos de ocho horas, casi 1,9 millones de ocupados.

El imparable avance de los contratos parciales en España empieza a tocar también al grueso del empleo consolidado, resultado también de una mayor implantación de las actividades estacionales y menos productivas. Solo en el sector privado, la tasa de temporalidad es en España tres puntos superior a la de las empresas vascas y el nivel de empleo parcial, dos puntos más alto.