bilbao - Atiende a este diario días después de conmemorar los 40 años del sindicato, que sigue creciendo en Euskadi y ocupa una posición clave en las relaciones laborales. Cuando se abría una ventana por la que reactivar contactos, las palabras del presidente de Adegi, Pello Guibelalde, afirmando que los jóvenes “tienen una vida muy cómoda”, han llevado a LAB a romper relaciones con Confebask.

Guibelalde ha pedido perdón por sus polémicas declaraciones. ¿Qué demanda LAB a la patronal para recuperar las relaciones?

-Estamos dispuestos a sentarnos para hablar de cómo empezar a superar esto. Pero desde la patronal no hay ofertas o las que hay son para consolidar un mercado de trabajo basado en los privilegios que le ha dado la reforma. A la patronal no le pedimos que nos dé los convenios que queremos, sino que deje de demandar a la parte social todavía más esfuerzos y ponga sobre la mesa alternativas reales al paro y la precariedad. Las palabras acuerdo y negociación no son ajenas a LAB, pero para eso necesitas una patronal que esté dispuesta.

Dicho así parece que han encontrado en las palabras de Guibelalde la justificación para distanciarse.

-No nos podemos distanciar más de Adegi porque no hay ningún tipo de relación. Las palabras de Guibelalde no son una anécdota. Demuestran la prepotencia e impunidad de la patronal a la hora de valorar una realidad social sangrante. Lo hace porque tiene una cobertura política e institucional que le permite envalentonarse hasta decir esas barbaridades. Teníamos que pararles los pies. Hay muchas familias que se vieron insultadas por Guibelalde que no tienen la oportunidad de salir a los medios a decir pero qué está diciendo usted.

¿Están las tres patronales de la CAV al mismo nivel? Su relación es especialmente tensa con Adegi.

-Hay una única posición patronal que ha aprovechado la crisis para dar grandes pasos. En fase de crecimiento no se hubiera podido despedir a tanta gente o bajar los salarios como se han bajado. Las patronales han visto la posibilidad histórica de liquidar los convenios vascos, que son los mejores por muchas razones. Gipuzkoa ha sido la punta de lanza, pero Adegi no es una voz discordante en Confebask. La beligerancia de Adegi se debe a su objetivo de liquidar la regulación en Gipuzkoa y consolidar unas relaciones laborales ajena a la aplastante mayoría ELA-LAB.

¿Recibieron alguna aclaración sobre el documento en el que se planteaba la salida de ELA y LAB del registro de sindicatos?

-El documento estaba clarísimo. Confebask propuso que ELA y LAB se quedasen fuera del mercado laboral. Nadie nos dio explicaciones. Aquello se zanjó con aquella bochornosa declaración de Confebask y CCOO y UGT para dar pie a la mesa de diálogo social. No necesitamos aclaraciones, sino posiciones empresariales diferentes. Tenemos que dar pasos para dialogar con empresarios concretos que tienen otras posiciones.

¿Hay empresarios que no piensan como Confebask?

-Me niego a creer que todos los empresarios, sobre todo en medianas y pequeñas empresas, tienen la posición de Guibelalde y de Confebask. Ha habido empresas en las que se ha blindado el empleo en los peores momentos de la crisis. No hay una única voz entre los empresarios y creo que el Gobierno tiene que abrir el debate de la representatividad de la patronal. No sabemos a cuántas empresas representa Confebask.

¿Estuvo LAB en algún momento cerca de entrar en el diálogo social?

-Desde el principio fuimos claros y dijimos que no nos íbamos a sentar. Nuestra propuesta sigue sobre la mesa. En el ámbito vasco deberíamos abrir un proceso de negociación para establecer un marco laboral propio y cambiar la realidad sociolaboral. Hay mucho de qué hablar y mucho margen para acordar y no hay ningún instrumento para hacer esos debates. Lo único que existe es la capacidad de este Gobierno de realizar sus propias políticas, y como no necesita a los sindicatos no necesita acuerdos.

¿Ha cambiado su relación con Lakua desde que Ángel Toña llegó al Departamento de Empleo?

-En Lanbide ha habido un acuerdo muy positivo. En el resto de mesas del ámbito público no hay negociación. Lanbide lo ha negociado Toña y el resto de la Función Publica está en manos de Erkoreka. Eso tiene trascendencia. Pero la política del Gobierno de cara al ámbito sociolaboral, de cara a la patronal y a la negociación en el sector público no ha cambiado. Pero no tengo por qué negar el valor de haber llegado a un acuerdo en Lanbide o de que el consejero Toña diga que un salario de 800 euros es indigno. Ahora, la interpelación de Toña debería ser más hacia los miembros de su Gobierno que hacia los sindicatos.

Lanbide ha sellado la paz tras años de conflicto. ¿Mejorará el servicio?

-Este es un buen acuerdo. Va a haber más empleo fijo y por tanto más posibilidades de desarrollar el trabajo. Ahora bien, debería haber un debate mucho más ambicioso sobre qué servicio de empleo necesitamos.

¿Se puede trasladar el acuerdo de Lanbide a otros ámbitos?

-No se puede trasladar. Se equivoca el que piensa que la fórmula CCOO-UGT-LAB va a desbloquear la negociación colectiva. Igual que ha habido el acuerdo en Lanbide ha habido la imposición de la Ley de Empleo Público, esa es la realidad. Toña y el resto de consejeros saben que con LAB se puede llegar a acuerdos siempre que traigan algo positivo para los trabajadores. Ahora lo único que hay encima de la mesa es a cambio de qué irrisoria subida salarial estamos dispuestos a aceptar la reforma.

¿Qué margen tiene el Gobierno para que no se aplique en las empresas la reforma laboral?

-Puede asumir iniciativas políticas para construir entre todos esa alternativa. No es ilegal debatir e interpelar a la patronal. No es ilegal hacer una mesa solo con sindicatos para ver qué tipo de regulación laboral necesitamos. Puede ser ilegal imponerla, pero no debatirla. El margen de actuación de Toña no lo limita solo la reforma, lo limita la política de este Gobierno.

¿Teme más recortes en el sector público por la menor recaudación?

-Si se recorta en el gasto social nosotros vamos a movilizarnos y llamaremos a la movilización a los usuarios. Hay que cambiar la fiscalidad. Los ingresos se soportan en las rentas de trabajo y cada vez hay menos personas trabajando y cada vez se cobra menos. Cada vez hay menos impuestos a la acumulación de riqueza y no se persigue el fraude fiscal. Todas las empresas del Ibex tienen dinero en paraísos fiscales. Hay que aumentar la presión fiscal donde está el dinero.

¿Qué expectativas tiene con los nuevos gobiernos forales?

-El único cambio va a ser en Gipuzkoa para armonizar la fiscalidad con Bizkaia y Araba.

¿Era suficiente la reforma fiscal que lideró EH Bildu en Gipuzkoa?

-Ya criticamos que nuestra propuesta de reforma no se estaba aplicando en ninguna diputación. Pero las medidas de EH Bildu iban en la buena dirección. La única hacienda que cumple las expectativas es Gipuzkoa.

¿Es este de verdad el Gobierno del cambio en Nafarroa?

-Aun es pronto. Hemos puesto muchas expectativas y vamos a estar acompañando el cambio que necesita Nafarroa. Hemos aplaudido cosas y hemos criticado otras como la no reforma fiscal o algunos nombramientos que se han hecho, o que no haya una ruptura sobre cómo se financia la formación continua y que se siga financiando a CCOO y UGT.

¿Hemos dejado atrás la crisis?

-Si el crecimiento se sustenta en una reducción de costes laborales cuanto más crecimiento hay más precariedad se necesita. Nos están condenando a la pobreza. La precariedad es estructural, no va a cambiar.

Mencionaba la necesidad de debatir y avanzar hacia un marco laboral propio. ¿Ve a ELA dispuesta?

-Me gustaría ver la posición de cada uno si hubiera posibilidades reales de dar la vuelta a la situación social, si se pudiera abrir un proceso para ir en equis años a las 35 horas semanales o a un aumento salarial del 10%. Hay posiciones que se retroalimentan y muy cómodas. En una nueva realidad estaríamos todos obligados al menos a estar en procesos de debate.

¿Si Confebask diese un paso obligaría a ELA a acercarse?

-Si hubiera propuestas reales sobre la mesa habría mucho más movimiento por parte de todos.

El secretario general de ELA asegura que la alianza ELA-LAB no le interesa a la Izquierda Abertzale.

-No estoy de acuerdo con Txiki. Una alianza ELA-LAB en el ámbito social y político sería determinante. Los responsables de que no haya esa alianza estamos en ELA y LAB. Más mirarnos a cada uno y asumir nuestra responsabilidad y más valor para abordar debates que son necesarios.

¿Incluidos CCOO y UGT?

-Un acuerdo sobre un nuevo modelo de relaciones laborales requiere del mayor consenso y no entendería que no estuvieran. Pero sobre las posiciones de CCOO y UGT es imposible ese acuerdo porque han renunciado al marco vasco. Sus aportaciones son traer los acuerdos de Madrid. Yo no les excluyo, es que ellos han renunciado a tener una agenda propia.