donostia - El Gobierno y las diputaciones han constatado ya que las haciendas forales recaudarán este año menos de lo previsto y ha llegado el momento de que calibren el tamaño del desfase entre los ingresos reales y el gasto comprometido en los diferentes presupuestos. Lo harán esta tarde en el Consejo Vasco de Finanzas como paso previo a una revisión de las cuentas de cada administración: del Ejecutivo vasco, de las diputaciones y en el último extremo de los ayuntamientos, que estarán representados por el presidente de Eudel, Imanol Landa.
El ajuste será proporcional a la dimensión del roto, que no pasará de ser un descosido en el traje de la financiación de la CAV, ya que la recaudación seguirá creciendo aunque sea menos del 6,2% estimado y, sobre todo, porque la recuperación económica se ha consolidado y permitirá que los ingresos continúen creciendo el próximo año.
En principio, según las cifras que se están manejando, el desequilibrio será de entre 225 y 260 millones, apenas cerca de un 2% de la recaudación prevista. Nadie quiere hablar de agujeros presupuestarios y mucho menos de recortes. Son palabras que forman parte del léxico de la crisis, de un ciclo que ya se ha dejado atrás. De ahí, que el portavoz del Gobierno Vasco midiera ayer sus palabras: “Cada Administración pública tendrá que organizarse y tomar las decisiones oportunas, a efectos de llevar a cabo ese ajuste, esa acomodación del gasto a la realidad de los ingresos”. Josu Erkoreka, que recordó que el Consejo de Finanzas será el encargado de “confirmar” hoy el previsible “incumplimiento” del objetivo de ingresos, explicó que una vez se “oficialice” el desajuste será el momento de buscar un equilibrio entre ingresos y gastos.
Por ello, no quiso entrar a hacer “vaticinios sobre el impacto” presupuestario de los menores ingresos y trasladó una imagen de tranquilidad, dejando entrever que se trata de una cuestión que no quita el sueño a los encargados del control del gasto en el Gobierno.
No hay “calendario” para afinar el presupuesto ni instrucciones concretas del Departamento de Hacienda para ajustar partidas en cada consejería. Básicamente, se establecerá un listado de prioridades y se atenderán los compromisos más importantes, dejando para el final los apartados más accesorios y renunciando a ellos si el dinero no alcanza.
La dinámica será similar en el resto de las administraciones vascas, sin cruzar las líneas rojas del gasto social. De hecho, las dos diputaciones que han dado la alarma al confirmar que no cumplirán con sus previsiones, Bizkaia y Álava, llevan varias semanas conviviendo con esa situación y confían en superar el trance gracias a su capacidad de gestión. Ese clima de tranquilidad también se percibe en el Departamento de Hacienda.
calma en las administraciones Fuentes del círculo de confianza del consejero Ricardo Gatzagaetxebarria aseguraron ayer que las declaraciones del portavoz del Gobierno no aportan “nada nuevo”, porque reafirman algo de sobra conocido: si los ingresos no cuadran con el gasto hay que revisar los presupuestos.
En el transfondo de esa calma que se respira en las Administraciones está precisamente la certeza de que el desajuste no supondrá un golpe en la línea de flotación de las cuentas.
En general, los municipios, que se financian a través de las diputaciones, están al final de la cadena y serán los que menos notarán el ajuste. Además, el problema parece muy centrado en Álava y, sobre todo, en Bizkaia, donde la recaudación bajó un 3% en agosto. Gipuzkoa, en principio, cumplirá con su objetivo y se quedará en un segundo plano, si bien tendrá que asumir previsiblemente mayor protagonismo en las aportaciones al Gobierno Vasco, mientras que los ayuntamientos guipuzcoanos se mantendrán al margen.
Las tres haciendas forales recaudarán unos 12.800 millones, una cifra que no está excesivamente lejos de los 13.080 millones que se utilizaron como base del diseño de los presupuestos de todas las Administraciones vascas.
El Consejo de Finanzas afinará hoy ese escenario que, según explicó Erkoreka, tendrá “reflejo” en los acuerdos que se adopten. El plan no está “cerrado” y la “reflexión” empezará tras la reunión de hoy.