donostia - El consejero delegado de la compañía petrolífera Repsol, Josu Jon Imaz, afronta esta semana su primer gran reto como máximo responsable de la gestión de la empresa energética, pues es la persona encargada de liderar el nuevo plan estratégico de la firma para los próximos años 2016-2020. El doctor químico vasco tendrá que pilotar a la heredera del antiguo monopolio petrolero español en medio de una de las coyunturas más adversas de los últimos años por la reducción de los precios del petróleo en los mercados internacionales y por la posibilidad de un declive de los hidrocarburos como motor único del transporte.
El químico guipuzcoano entró en el grupo Repsol en 2008 y fue nombrado consejero delegado el 30 de abril de 2014. Ahora tiene la oportunidad y la responsabilidad de dejar su impronta en la trayectoria de un grupo que se encuentra en un escenario, según fuentes del sector energético, “muy complicado”.
Repsol tiene como primer objetivo rentabilizar la importante inversión realizada para adquirir la compañía petrolera canadiense Talismán Energy por unos 10.400 millones de euros, entre el precio pagado y la asunción de deuda. Para algunos analistas, la compra, aprobada en diciembre de 2014 y cerrada este mismo año, era cara pero tras la pérdida de la argentina YPF, Repsol quería contar con una compañía de upstream, para no ser una mera refinadora.
El problema es que la evolución del precio del petróleo en los mercados internacionales no sólo ha ido hacia abajo sino que se va a mantener bajo, según todas las previsiones, al menos un par de años más. No hay que olvidar que cuando Imaz fue nombrado consejero delegado de Repsol, el precio del petróleo brent estaba en 108 dólares-barril, pero que bajó a unos 85 dólares cuando se decidió la adquisición de Talisman y ayer estaba en 50 dólares.
Para rentabilizar la compra de Talisman se contemplaban unos precios del orden de los 65 dólares que, hoy por hoy, ni están, ni se esperan.
En este contexto, con la agencia de calificación de riesgos S&P rebajando el rating de Repsol de estable a negativo, y una deuda por pagar de más de 13.000 millones de euros, no es de extrañar que las acciones de la compañía petrolera hayan bajado este año en Bolsa más de un 20% frente a un Ibex-35 que se mantiene plano, dejando a la empresa con una capitalización de 17.315 millones de euros, una cifra muy pequeña para los grandes del sector como por ejemplo Exxon Mobil, que solo en el primer semestre de 2015 ha ganado cerca de 9.000 millones de euros pese a caer un 49% sus resultados.
El nuevo plan de la petrolera, el primero con Josu Jon Imaz al frente una vez convertido en consejero delegado, será la referencia para una compañía que de salida ya plantea un recorte de plantilla de 1.500 personas, un 6% de los 25.000 que tiene en el mundo.
Josu Jon Imaz tendrá que hacer que la compañía reduzca deuda y costes para poder rentabilizar en mayor medida su negocio en medio de un mercado con precios a la baja. Con motivo de la adquisición de Talisman, Repsol anunció que llevaría a cabo desinversiones en activos no estratégicos por 1.000 millones de dólares, gracias, entre otras, a operaciones como vender a Gas Natural Fenosa y Redexis la red de gas canalizado por 652 millones de euros, así como de su participación del 10% en CLH, enajenada por 325 millones de euros, y de bloques exploratorios en Canadá.
Los analistas consideran que Repsol, con los actuales precios del petróleo, no puede rentabilizar a corto plazo el crudo canadiense por lo que el nuevo plan contemplará nuevas desinversiones en activos no estratégicos.
La caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales tiene visos de seguir -ayer la OPEP anunció que batió un nuevo récord en su producción de crudo en septiembre hasta los 31,57 millones de barriles diarios-, y plantea un nuevo escenario para el sector, del que Repsol no es ajeno después de arrojar unas pérdidas de 238 millones de euros en el área de exploración y producción en el primer semestre. Y es a ese nuevo escenario, con Europa mirando al coche eléctrico tras el affaire Volkswagen diesel, al que tendrá que atender el plan de Imaz.