gasteiz - La Policía Nacional irrumpió y paralizó ayer la fábrica de Zayer en el polígono gasteiztarra de Betoño por la presunta venta a empresas rusas de material de doble uso, maquinaria o piezas que una vez en el país asiático podrían ser utilizadas con fines bélicos. Se trata de una práctica muy perseguida en el caso de los países bajo embargo comercial internacional. Al parecer, la investigación se centra en si terceras empresas clientas de Zayer sortean el bloqueo y se busca información que relacione a la compañía con esos proveedores sospechosos de ser suministradores de la industria militar rusa.

Aunque la delegación del Gobierno español en la CAV no aclaró el motivo del registro para no vulnerar el secreto de sumario, según pudo saber Noticias de Gipuzkoa los interrogatorios se centraron en varios trabajadores que han intervenido en transacciones comerciales con Rusia.

Durante horas, la fábrica estuvo ocupada por decenas de policías, en un despliegue más propio de una operación antiterrorista que de una investigación empresarial. Hasta el punto de que el director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, tuvo que desmentir que se tratara de una redada en busca de terroristas.

El primer turno fue desalojado de la fábrica y el segundo no pudo entrar. De este modo, pasadas las 14.15 horas, un corrillo de trabajadores de Zayer del turno de tarde contemplaba con curiosidad desde la gasolinera que se encuentra frente al complejo fabril las evoluciones de un grupo de agentes uniformados de la Policía Nacional. Estos aún mantenían tomadas las instalaciones de la empresa en Betoño, uno de los polígonos industriales más importantes del territorio histórico, e impedían a los asalariados cumplir con su jornada laboral.

La operación desarrollada desde primera hora de la mañana no pasó desapercibida. Junto al número de efectivos desplegados -según las fuentes, decenas de policías entre uniformados y agentes de paisano y un sinfín de vehículos, entre camuflados y reconocibles del Cuerpo Nacional de Policía- y al armamento de gran parte de ellos, las imágenes que salían de los pabellones intervenidos invitaban a la expectación. Todo ello derivaba de una operación ordenada para investigar si la firma de máquina-herramienta había vendido material industrial que podría ser reutilizado para uso militar a países bajo embargo internacional, como Rusia.

maquinaria con destino a rusia No en vano, según pudo conocer este diario, los interrogatorios de los agentes se centraron en un número reducido de trabajadores, al parecer, relacionados con la venta, instalación y control de cierto tipo de maquinaria exportada a una compañía rusa. En cualquier caso, fuentes de la Delegación del Gobierno en el País Vasco no quisieron dar detalles sobre los motivos de la intervención ya que se trata de una actuación judicial bajo secreto de sumario.

Trabajadores de esta empresa señalaron que pasadas las 9.30 horas decenas de agentes uniformados y armados de la Policía Nacional accedieron a las instalaciones y colocaron contra la pared a los empleados. Posteriormente les pidieron que abandonaran la fábrica, impidiéndoles utilizar sus teléfonos móviles y obligándoles a dejar la maquinaria en funcionamiento.

Dentro de las instalaciones quedaron retenidos técnicos que habían viajado recientemente a Rusia, así como directivos de la empresa.

Fuentes sindicales indicaron, en este sentido, que el operativo policial podría estar relacionado con la venta por parte de esta firma de material industrial a países con embargo internacional como Rusia o incluso Irán. Ese material podría ser reutilizado después como piezas para su industria militar. Por lo tanto, la investigación trataría de determinar si la compañía alavesa ha mantenido relaciones comerciales directas con esos países bajo embargo o con esas terceras empresas que, a su vez, han vendido a Rusia o Irán piezas que servirían después para fabricar armamento.

La vigilancia arancelaria sobre estas prácticas es intensa y cuando salta la alarma se desencadena un operativo que, como ocurrió ayer en Gasteiz, parece desproporcionado a tenor de un delito que cabe dentro del ámbito societario.

220

Zayer, creada en la década de 1940 se dedica a producir máquinas fresadoras y centros de mecanizado, y cuenta con una plantilla de unos 220 trabajadores.

Efectivos. Decenas de agentes de la Policía Nacional tomaron ayer las instalaciones de Zayer y desalojaron a la mayoría de los trabajadores. Al parecer, querían determinar si la empresa de máquina-herramienta había vendido maquinaria a países con vetos internacionales.

Precedentes. En 2013 hubo otra empresa alavesa relacionada con una presunta venta de material a Irán, país sobre el que pesaban varias sanciones impuestas por la comunidad internacional. La firma implicada, que descartó las acusaciones vertidas desde el Ministerio del Interior, fue Fluval.

Ona Electroerosión, que siempre negó haber exportado maquinaria a Irán, llegó a un acuerdo el año pasado y pagó una multa para cerrar el expediente. Goratu fue registrada a finales del año pasado por la Guardia Civil tras llegar una maquina suya a Irán. No ha trascendido si Fluval o Goratu han pagado multas.

Sospechas. Al parecer, la labor de los investigadores se centró preferentemente en siete técnicos y ejecutivos relacionados con una venta de maquinaria a una empresa rusa. La información emitida desde la Delegación del Gobierno fue escasa, aunque el operativo pudo concluir con la detención de una persona.

Preguntado por esta operación, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, descartó que el registro en Zayer tenga vinculación con actividades terroristas.