donostia - La mayor parte de los Estados miembro de la Unión Europea se ha posicionado en contra de la propuesta de la Comisión Europea de darles libertad para prohibir en su territorio el uso de transgénicos autorizados.
Los detractores aducen razones relacionadas con la dudosa compatibilidad de esta medida con las reglas del mercado único y de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Recientemente, Bruselas planteó que cada gobierno decidiera si permitía cultivar transgénicos en su territorio y, en caso afirmativo, en qué zonas. Esta medida fue aprovechada por la CAV, cuyo Parlamento aprobó solicitar al Ejecutivo estatal que el territorio vasco fuera declarado libre de transgénicos.
El problema ahora se focaliza en el Parlamento Europeo, que con toda probabilidad rechazará el texto que establece la libertad de cada Estado de decidir sobre esta cuestión.
Tan solo Bulgaria, Hungría y Croacia se han posicionado a favor de la norma. El resto de países, incluida España, han mostrado su rechazo porque consideran que no existe un estudio que mida el impacto de esta medida.
La ministra española de Agricultura, Isabel García Tejerina, señaló que “corremos el riesgo de alejar de Europa los proyectos de inversión en biotecnología, que pueden ver en esta propuesta una fuente de incertidumbre para sus inversiones”.
Según aseguró, esta medida provocará que “la agricultura europea pierda competitividad al renunciar a este campo de investigación, lo que puede condicionar el futuro para el conjunto de nuestra industria de biotecnología y para nuestro sector agroalimentario”. - N.G.