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“Es legítimo que se cobre por una labor como gestionar la formación continua”

El presidente de Cepyme justifica el papel de las organizaciones empresariales y pide estabilidad regulatoria para poder trabajar empresarialmente

“Es legítimo que se cobre por una labor como gestionar la formación continua”

donostia - El empresario vasco Antonio Garamendi (Getxo, 1958) es una de las personas más significativas de las organizaciones empresariales en el Estado español. Es el actual presidente de Cepyme y de Confemetal, y vicepresidente de la patronal española CEOE tras perder una reñida votación con Joan Rosell encabezando una candidatura que defendía un cambio para mejorar la imagen, negativa, que había dada la anterior cúpula empresarial española, así como un mayor respaldo a las pequeñas y medianas empresas. Garamendi aboga por seguir con las reformas para dotar de más flexibilidad y competitividad a las empresas, así como por mantener la gestión de la formación continua en manos de las patronales. A la vez que solicita al futuro gobierno español, estabilidad y realismo.

¿Qué aporta el acuerdo que han firmado las organizaciones empresariales con UGT y CCOO?

-El acuerdo nacional para el empleo y la negociación colectiva (ANC) da estabilidad a nivel del Estado en un momento importante, saliendo de una crisis y en un año con la convulsión propia de un año electoral. Creo que es potente que la sociedad civil se siente en una mesa, pese a las diferencias que nos puedan separar, y lance el mensaje de que se puede hacer algo conjunto. Y ello ayuda a estabilizar el país. De hecho las empresas multinacionales nos han agradecido el acuerdo porque sirve para tener un marco referente. Y en el acuerdo, más allá de posibles subidas salariales, se habla de Flexibilidad, con mayúsculas. Hay que hablar. Es preciso el diálogo social más allá de un convenio puntual o de un subida salarial. Estamos en una mesa para hablar de temas que redunden en mejora de la competitividad de las empresas, mejora que sirve para generar empleo y riqueza.

En Euskadi, las relaciones laborales no son las mejores para acuerdos dada la postura de ELA.

-Aunque algunos no lo crean, el diálogo social hace avanzar a las sociedades. Es verdad que Euskadi en esto es diferente y que el diálogo social es una asignatura pendiente. Yo apoyaré siempre a Confebask, Cebek, SEA y Adegi en sus intentos de facilitar el diálogo. Hay que hablar y negociar más, cada uno desde su posición, pero en el mercado que viene es clave hablar de flexibilidad, de transparencia y de participación de los trabajadores en las empresas. Porque independientemente de esta asignatura pendiente, en las comunidades del País Vasco y Navarra la crisis se ha superado mejor porque se ha apostado por la industria. El Gobierno Vasco siempre ha tenido una sensibilidad especial con las empresas. Ya en la crisis de principios de los años 90 puso en marcha el plan 3 R para recuperar una Euskadi industrial y hay empresas que siguen gracias al mismo.

¿Qué pasa con la reforma laboral?

-Creemos que es necesario dar una vuelta a la reforma laboral para reducir incertidumbres. Uno de los mayores problemas para un empresario es la inestabilidad regulatoria y no saber a dónde vas. Ahora, con el actual estado de la reforma laboral, cuando tomas una decisión es como jugar a la ruleta. No tienes certeza del desenlace final debido a las diferentes interpretaciones judiciales. Pensamos que las relaciones laborales se han judicializado en extremo. Y esto provoca que la gente se retraiga en la contratación porque hay una inseguridad jurídica importante. Yo no hablo de despido libre. En España se puede despedir con unos costes, que nos gustarán más o menos, pero lo que queremos es saber en qué condiciones sale una persona de una empresa sin depender de una interpretación u otra.

¿Qué le piden las empresas al Gobierno español?

-Como a cualquier Ejecutivo, al Gobierno español le pediríamos estabilidad y en aquellos temas que han funcionado bien, que los hay pues estamos en una senda de crecimiento, que las cosas que se hagan sean razonables. Que se trabaje desde el realismo y sin demagogia. Pedimos al Gobierno que trabaje en su línea ideológica, la que fuese, pero sobre cotas reales o, como haríamos en las empresas, en base a los presupuestos que uno tiene. Gracias al esfuerzo de todos se han puesto en marcha propuestas positivas y hoy es una realidad que con crecimientos del PIB inferiores al 2% se genera empleo, algo impensable hasta ahora en la economía española.

La deuda pública no deja de crecer. ¿Hay reformas por hacer?

-Se han hecho cosas pero hay ajustes pendientes. Y el más importante de todos es la reforma de la administración del Estado. El actual Gobierno ha contado con mayorías absolutas, no solo en el Gobierno de España sino también en la mayoría de las CCAA y en los principales ayuntamientos, y no ha hecho una reforma que es necesaria y estructural. A nivel privado, las empresas y las familias, sí hemos hecho los deberes. La reforma de la administración es la asignatura pendiente.

Las pymes se quejan de la financiación.

-Efectivamente. Es verdad que la financiación a las empresas ha mejorado en los últimos meses. El crédito fluye más que antes pero aún así si tenemos en cuenta los préstamos de menos de un millón de euros, suman un total de 150.000 millones en el conjunto del Estado cuando antes de la crisis eran 350.000 millones. En este contexto, las pymes tienen que valorar las cosas de otra manera. Las empresas tienen que entender que hay que apalancarse menos y, además, no se puede hacer sólo con financiación bancaria. Hay que buscar socios, nuevas líneas de financiación.

¿Y la morosidad?

-Este asunto, el de la morosidad, es el verdadero drama de las pymes y además cuanto más pequeñas, peor. El 80% de la financiación va a circulante, no se destina a nuevas inversiones que son la que ayudan a aumentar la competitividad de las empresas. La gran mayoría del dinero prestado se destina por las pymes a paliar los efectos de la morosidad. Hay una ley para evitar el retraso en los pagos pero la realidad es que no se aplica. ¿Por qué? Pues más allá de que las grandes impongan condiciones a las más pequeñas, hay un tema cultural. Aquí no pasa nada cuando alguien debe algo a alguien. Y estoy hablando de la morosidad privada no de los retrasos de las administraciones en los pagos a las empresas. La morosidad es uno de los motivos del no crecimiento de las empresas.

¿Cómo hacemos la formación en las empresas?.

-Una pequeña empresa por sí misma difícilmente puede desarrollar un plan de formación. Necesita agruparse para poder beneficiarse de planes conjuntos. Pero aquí hay otro problema. Normalmente tampoco la academia de la esquina puede hacer una formación a medida de lo que demanda la realidad cambiante de las empresas, realidad que quienes mejor conocen son las propias empresas. Y que sean las empresas a través de sus organizaciones empresariales las que realicen la formación está en el alero ahora con la nueva normativa.

¿Son necesarias las patronales?

-Las organizaciones empresariales son necesarias y cada día más. Las empresas por sí mismas pueden gestionar, comprar, vender, producir centrarse en su negocio pero hay cosas que les afectan y escapan a su control directo. Cada día hay más temas en los que la intervención de lo público influye en la actividad empresarial. Y, o estás unido o estás perdido y cuanto más pequeño, peor. Estamos hablando de temas de legislación laboral, medio ambiente, cambios fiscales, etc. Y aquí las organizaciones empresariales ayudamos a las empresas.

¿Ve legítimo que con la gestión de la formación se generen ingresos para las patronales?

-Me parece legítimo que una organización empresarial haga una labor y por la misma perciba una retribución razonable. Además creo que la formación continua debe estar instalada en las patronales. Son las empresa y las organizaciones empresariales las que tienen que gestionar este tema. Por ejemplo, si hay que formar mañana a un trabajador en nuevas técnicas de trabajo en alta tensión, ¿a dónde mandarías al trabajador, con todo el respeto, a la academia Pepito en Bilbao o realmente contratarías a expertos?. Y en esto los expertos son las empresas del sector. Y si ahora se quiere retirar a las empresas la gestión de los fondos de formación pues que nos devuelvan el 0,6% que aportamos las empresas en las nóminas que ya sabremos como hacer la formación continua de la mejor manera posible. Y contar con una formación adecuada, ajustada a las necesidades de las empresas y de calidad es una forma de aumentar la competitividad. Aquí hay que recordar que empresarios y trabajadores pagamos unos 1.800 millones de euros al año para la formación continua no para formar parados.

Pero se han dado algunos casos de corrupción en la gestión.

-No se puede generalizar. Donde se han producido algunos casos de fraude ha sido en Comunidades Autónomas sin control de los propios SEPE. Los casos de corrupción son muy limitados y no se pueden generalizar. Los casos de corrupción en relación a este tema son contados en las organizaciones empresariales pero hay que dejar claro que el que la hace la paga.