donostia - Luis de Guindos perdió ayer la batalla por hacerse con el mando del Eurogrupo, el órgano que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de los países de la zona euro. La derrota del ministro de Economía español ante el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, quien seguirá al frente del Eurogrupo hasta finales de 2017, mantiene en mínimos la influencia de España en los centros de decisión europeos después de que en 2012 perdiera su representante en el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE).
El Eurogrupo informó ayer por la tarde de que Dijsselbloem era reelegido como presidente con el “apoyo unánime” de todos los socios del euro tras dos rondas de votaciones secretas en las que De Guindos, único opositor, no pudo obtener respaldos suficientes. Tras una primera votación con mínima ventaja para Dijsselbloem, en la segunda hubo unanimidad a favor del holandés.
Y eso que el candidato español contaba con el aval de Alemania y de su poderoso ministro Wolfgang Schäuble, incluso su canciller, Angela Merkel, le había dado su apoyo en público.
no seguirá de ministro Pero a pesar de los esfuerzos de la delegación española, el ministro español, que ya ha anunciado que no tiene intención de repetir en el cargo en caso de que su partido gane las próximas elecciones generales, no ha logrado ganarse la confianza de sus homólogos europeos.
El titular eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, por ejemplo, dejaba claro antes del inicio de la sesión de ayer su preferencia por Dijsselbloem, afirmando que le gustaba “su estilo” y alabando su “excelente trabajo” durante estos años de crisis.
El holandés preside la reunión de ministros económicos desde el inicio de 2013, apenas dos meses después de tomar la cartera de Finanzas de su país. Dijsselbloem dio el relevo al luxemburgués Jean Claude Juncker, de quien pronto se diferenció, al menos en las formas, por su estilo más informal en sus declaraciones públicas y en la manera de llevar las sesiones con el resto de colegas europeos.
Su reelección confirma que su reputación se ha recuperado después del traspiés inicial en relación a la crisis de Chipre, cuando varios ministros cuestionaron su decisión de gravar los depósitos de menos de 100.000 euros, protegidos por la legislación comunitaria. Otra crisis, en este caso la de Grecia, le ha dado el empujón definitivo para asegurarse un segundo mandato. Sus compañeros valoran su gestión sobre el país heleno, y en especial su papel en la consecución del reciente acuerdo para un tercer rescate, clave en la votación de ayer.
españa, sin influencia La reelección de Dijsselbloem pone de relieve la irrelevancia de España, el cuarto país de la eurozona en términos de PIB, en la cabina de mandos europea, en especial en el apartado económico.
A la derrota de Guindos en la carrera por dirigir el Eurogrupo se suma la pérdida del representante español a mediados de 2012, el año del rescate, en el Comité Ejecutivo del BCE, el órgano de dirección del eurobanco en el que están representadas las principales potencias. Además, la entrada de Lituania en el club del euro ha hecho que España pierda aun más peso en el seno del BCE.
A pesar de que los datos macroeconómicos acompañan al ministro español, la crisis financiera, el elevado déficit o la delicadísima situación del mercado de trabajo son losas demasiado pesadas a ojos del resto de socios del euro.
El propio De Guindos reconocía ayer tras su derrota que España “merece una mayor representación” en las instituciones comunitarias, mientras que el Gobierno de Rajoy decía que “seguirá dando la batalla” para lograr una representación en Europa acorde a su tamaño y a “la recuperación protagonizada estos años”.
Dos rondas. Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro eligieron ayer a Jeroen Dijsselbloem para continuar al frente del Eurogrupo tras dos votaciones en secreto. En la primera, el ministro holandés se impuso únicamente por un voto, según explicó el Gobierno español, mientras que ya en la segunda votación el ganador se impuso por unanimidad. España no pudo hacer valer el apoyo de Alemania y de su ministro del ramo, el poderoso Wolfang Schäuble.