Fagor condiciona el uso de sus marcas al empleo
El Grupo Fagor ha presentado una alegación donde plantea a sus compradores una plantilla mínima para las plantas en liquidación Las enseñas Fagor y Aspes son propiedad de siete cooperativas
donostia - El Grupo Fagor, propietario de las marcas Fagor y Aspes, ha condicionado la cesión de la utilización de las enseñas a la creación y mantenimiento del mayor número de empleos en Debagoiena por parte de los inversores que adquieran las plantas de la cooperativa vasca.
Esta posición del Grupo Fagor se contiene en la alegación que estas cooperativas han presentado al plan de liquidación de Fagor Electrodomésticos que los administradores concursales presentaron el pasado 10 de abril para su aprobación por parte del juez del juzgado Número 1 de lo Mercantil de Donostia, Pedro José Malagón.
El Grupo Fagor, que está compuesto en la actualidad por siete cooperativas tras la desaparición de la de Electrodomésticos y Edesa, que se encuentran en liquidación, ha puesto como condición la creación y el mantenimiento de un mínimo de puestos de trabajo para acceder a negociar la cesión de las marcas a los nuevos propietarios.
En concreto, el grupo de Arrasate plantea que en la planta de Garagartza, dedicada a cocción, los nuevos propietarios se comprometan como mínimo a contratar y mantener un total de 200 puestos de trabajo.
En lo que respecta a la línea de confort, y, en concreto, a la planta de Geyser de Bergara, -que no está en concurso, al ser una joint-venture con la alemana Vaillant-, las peticiones de las cooperativas Fagor parten de un mínimo de 100 empleos. Hay que recordar, que en este momento, la planta está operativa con una plantilla de 140 socios cooperativistas.
La otra línea de negocio que interesa a los posibles compradores de Fagor Electrodomésticos es la planta de Eskoriatza, que se dedica a la producción de minidomésticos y menaje con la marca Splendid.
En este caso, los propietarios de la marca Fagor, con la que se comercializan los pequeños electrodomésticos, plantean a los nuevos compradores una plantilla mínima de 50 trabajadores.
Por debajo de esos ratios no es posible la negociación, señalan desde Fagor, que muestran una posición de flexibilidad en la reducción del pago de los royalties cuyo abono sería variable en función de los empleos a los que se comprometa el comprador. No es lo mismo vender los royalties de una marca para fabricar un producto que condicionar su precio a la generación y mantenimiento de empleo.
El objetivo de esta iniciativa es garantizar el mayor número de trabajadores en una comarca como la de Debagoiena que se ha visto seriamente afectada con la quiebra de lo que fue el símbolo del movimiento cooperativo de Arrasate, así como el cierre de filiales de Fagor y las consecuencias negativas que ha tenido en todas aquellas empresas auxiliares de la zona.
Los promotores de esta iniciativa no solo quieren utilizar la marca Fagor como garantía para conseguir el mayor número de empleos en sus antiguas plantas, sino también como un elemento de dar valor a una enseña que es innegociable, ya que pertenece a la propia esencia del movimiento cooperativo.
En este momento, hay siete cooperativas cuya actividad va desde la máquina-herramienta, componentes de automoción y electrónica y maquinaría para hostelería, que tienen como nombre Fagor.
Asimismo, las cooperativas de Fagor han presentado otra alegación al plan de liquidación presentado por los administradores concursales en la que se pide que se iguale la valoración de los trabajadores asalariados o vinculados a la Seguridad Social con los socios cooperativas a la hora de fijar las contrataciones en las ofertas que se presenten en la subasta.
El grupo de Arrasate pide que se iguale en 0.50 el baremo frente al propuesto por los administradores concursales que plantean un 0.55 para los trabajadores asalariados y un 0,45 para los socios cooperativistas.
Al margen del grupo catalán CNA, el argelino Cevital y el fondo de inversión PHI, que han expresado de manera fehaciente su deseo por hacerse con las plantas Garagartza y Eskoriatza, en el caso de las dos primeras, y de Bergara, en el tercero, numerosas empresas han mostrado su interés por las plantas de Fagor, según señalaron ayer, a este periódico fuentes de la cooperativa.
A pesar de ese interés, los ofertantes por las plantas de Fagor se conocerán cuando pongan ante el juez como fianza un millón de euros, en el caso de Garagartza, 500.000 euros para Bergara y 100.000 para Eskoriatza, una vez que se inicie el plazo de propuestas, previsiblemente, la semana próxima.
La aprobación del plan de liquidación del juez Malagón, prevista para el pasado viernes, se está retrasando por la presentación de nuevas alegaciones la semana pasada por parte de los acreedores.
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