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La plantilla de Corrugados Azpeitia acusa al Grupo Gallardo de "dejar morir" la fábrica

Aseguran que "ingenieros y comerciales están yéndose" sin que la dirección lo impida Más de cien trabajadores se encierran en las instalaciones para exigir una reunión con los responsables de la empresa

La plantilla de Corrugados Azpeitia acusa al Grupo Gallardo de "dejar morir" la fábricaIker Azurmendi

Donostia. La situación en Corrugados Azpeitia se encuentra en un momento de máxima tensión después de que los trabajadores hayan comenzado a tomar medidas de protesta más contundentes. Más de un centenar de empleados se encerraron ayer en las instalaciones de la factoría siderúrgica y buena parte de ellos pasaron la noche en las oficinas como medida de presión para que la dirección de la compañía perteneciente al Grupo Gallardo se reúna con ellos y aborde la necesidad de un plan de viabilidad del negocio y el mantenimiento de los empleos.

La plantilla ha comenzado a temer que el propietario, el empresario extremeño Alfonso Gallardo, esté "dejando morir" la fábrica con vistas a una posible venta. "Da la impresión de que la está poniendo atractiva quitándose de encima a un gran número de trabajadores para que alguien la adquiera", señalaron a este periódico fuentes del comité de empresa.

En ese sentido, denunciaron que "comerciales e ingenieros están abandonando la empresa y Gallardo no está haciendo nada para evitarlo". Ello sería muestra, aseguraron, de que el grupo extremeño no desea continuar con la actividad de la fábrica azpeitiarra, en la que los trabajadores están llevando a cabo una huelga indefinida iniciada el pasado 15 de junio en protesta por las nuevas medidas laborales que pretende adoptar la dirección. Corrugados tiene intención de aplicar un expediente de regulación de empleo por el que se extinguen 60 puestos de trabajo, se suspenden las relaciones laborales a 228 empleados durante 66 días, se reduce el salario un 35% y se incrementa en 49 horas la jornada laboral anual.

Los trabajadores de la planta han mostrado durante numerosas concentraciones su rechazo a los planes del Grupo Gallardo que, por su parte, ha presentado las medidas como única solución para afrontar las pérdidas que la factoría registra desde hace cuatro años.

El pasado día 8 el consejero de la corporación pacense se reunió en Madrid con miembros del comité de empresa de Corrugados Azpeitia, a los que trasladó que el grupo seguirá adelante con la adopción del nuevo ERE, después de los 60 despidos llevados a cabo en junio. Esas extinciones han dejado la plantilla en 245 personas, una cifra muy alejada de los cerca de 500 trabajadores que hace menos de dos años desarrollaban su actividad en la planta siderúrgica, seriamente afectada por la crisis en el sector de la construcción español, principal cliente de la empresa del Grupo Gallardo.

Los trabajadores de Corrugados van a elevar la presión sobre la dirección de la planta azpeitiarra para que acceda a la interlocución y no descartan adoptar durante el encierro iniciado en las instalaciones más medidas drásticas como el bloqueo de los accesos a las mismas con camiones.

Las mismas fuentes del comité indicaron que los empleados encerrados se pusieron ayer en contacto con la sede del Grupo Gallardo en la localidad pacense de Jerez de los Caballeros para informar de la protesta y confiaron en que hoy mismo acuda a la fábrica algún representante de la compañía para retomar las negociaciones.

El Grupo Gallardo posee en Getafe otra planta que produce Corrugados y en la que hay 170 trabajadores. En ella también ha aplicado extinciones de contratos y su comité de empresa, al igual que el de Azpeitia, considera que el nivel de producción es inferior a la demanda "porque la dirección no quiere fabricar más".