La plantilla de Nervacero, en Trapagaran, ha rechazado el recorte salarial y de plantilla que reclama la dirección, lo que sitúa a la acería vizcaina en una situación delicada en las negociaciones con el grupo catalán Celsa (propietario), que ya planteó un ERE de extinción para todos los trabajadores de la alavesa Laminaciones Arregui tras no llegar a un acuerdo. Este cierre afectaría a su vez a Nervacero, que destina el 20% de su producción a esta compañía.
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