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Los arrantzales venden el 70% de su cuota de atún rojo a la flota de cerco mediterránea

el elevado precio del gasoil y una oferta "interesante" convencen a los pescadores El Gobierno Vasco critica el acuerdo, ya que considera que perjudica la campaña en favor de la ampliación de la cuota

Los arrantzales venden el 70% de su cuota de atún rojo a la flota de cerco mediterráneaFoto: GORKA ESTRADA

DONOSTIA. La flota vasca ha decidido vender el 70% de su cuota de atún rojo de este año a la empresa murciana Ricardo Fuentes e Hijos, dedicada a la pesca de cerco y al engorde de esta especie, a cambio de 3,25 millones de euros. Esta "interesante" oferta, sumada al incremento del precio del gasoil y a lo exiguo del precio en lonja, ha terminado por convencer a los arrantzales, que de este modo ceden el derecho a pescar en torno a 320 toneladas de atún rojo a la citada compañía, cuyos barcos faenan en el mar Mediterráneo.

La decisión, dada a conocer por la Federación de Cofradías de Pescadores de Gipuzkoa a través de un comunicado, supone aceptar una oferta de 10,25 euros por el derecho a pescar cada kilo de atún rojo. La cifra supera ampliamente los precios de lonja, donde durante la pasada campaña apenas alcanzaron, de media, los 6,75 euros por kilo; es decir, tres euros y medio menos que lo ofertado por la empresa murciana.

La flota del Mediterráneo, a diferencia de la del Cantábrico -donde se emplea cebo vivo y se pesca con caña ejemplar a ejemplar-, captura el atún empleando redes de cerco. El pescado capturado se traslada a jaulas, donde es cebado. Este atún rojo, conocido como engordado o engrasado, es muy apreciado en Japón, donde se emplea para la preparación de sushi y puede llegar a costar hasta 40 euros por kilo. Por tanto, la empresa murciana dispone de margen para adquirir parte del cupo de la pesquería vasca incluso a precios superiores a los de lonja.

no afectará a la actividad La flota vasca repartirá los más de tres millones de euros equitativamente entre todos los barcos, y estos revertirán los ingresos a los tripulantes del mismo modo que si se hubiese faenado. De este modo, los arrantzales pueden afrontar la campaña de atún rojo con unos ingresos mínimos ya asegurados, lo que "tranquiliza" al sector pesquero incluso de cara a las pesquerías de anchoa y bonito.

El 30% restante -140 toneladas- será pescado por los arrantzales en aguas del Atlántico. Dicha cantidad, según explicó a este periódico el responsable de recursos pesqueros de la Federación Guipuzcoana de Cofradías, Leandro Azkue, es "suficiente" para evitar el desabastecimiento del mercado y garantizar al consumidor el pescado de la flota vasca. Hasta ahora, el atún rojo capturado en Euskadi se vendía al Estado francés, aunque el consumo de esta especie empieza a abrirse paso en el Estado español. En Euskal Herria, no obstante, apenas se consume.

Asimismo, Azkue subrayó que la venta de parte de la cuota de esta pesquería no repercutirá en demasía en la actividad de los barcos. "Hay que tener en cuenta que la cuota de atún rojo asignada nominalmente a los vascos es de 460 toneladas, pero en el caso del bonito, por ejemplo, estamos hablando de 16.000 toneladas. La del atún rojo es una pesquería muy importante, pero a efectos globales de facturación, incluso de actividad, no supone semejante pérdida".

La flota vasca dedicada a la captura del atún rojo está compuesta, a día de hoy, por 41 barcos, de los que 36 son guipuzcoanos y los cinco restantes vizcainos. Las naves dedicadas a la pesca de esta especie se concentran, sobre todo, en el puerto de Hondarribia.

la 'guerra' del atún rojo La decisión de los arrantzales fue recibida con desagrado por el Gobierno Vasco. En declaraciones a la Cadena Ser, el viceconsejero de pesca, Jon Azkue, explicó que la venta del 70% de la cuota de atún rojo perjudicará a la larga los intereses de la flota vasca, inmersa en una intensa campaña en favor de la ampliación del cupo de esta especie. "Con la decisión de vender, los argumentos en favor de una cuota mayor han sufrido un deterioro importante", criticó Azkue.

La polémica en cuestión se retrotrae a 2008, cuando el Gobierno español repartió los cupos de pesca de atún rojo entre las distintas flotas y almadrabas existentes en el Estado. Para la flota del norte se reservó un 21% de la cuota, mientras que a la de cerco del Mediterráneo le correspondió cerca del 30%.

Dicho reparto fue recurrido a los tribunales, debido a que los barcos que faenan en aguas del Cantábrico, más de medio centenar, consideran injusto que a la flota de cerco del Mediterráneo le corresponda casi un tercio de la cuota estatal, cuando solo cuenta con media docena de naves. Precisamente, han sido estos últimos quienes han comprado el 70% de la cuota vasca.