Donostia. El Grupo Gallardo ha decidido cesar al director general de Corrugados Azpeitia, José María Etxeberria, y a sus hermanos Juan y Javier Etxeberria, que eran jefes de compra, el primero de ellos en lo concerniente a chatarra, dentro de un plan que contempla un excedente laboral de 140 trabajadores de una plantilla de 410 personas.

El Grupo Gallardo, propietario de Corrugados Azpeitia, ha decidido impulsar un nuevo plan de activación de la producción de la empresa azpeitiarra, que lleva desde el pasado mes de marzo con su actividad casi paralizada, tras el fracaso a mediados del mes de septiembre de la venta de las instalaciones guipuzcoanas a la brasileña Companhia Siderúrgica Nacional (CSN).

La decisión del cese de los tres directivos, alguno de los cuales llevaba en la compañía desde hace 40 años en los tiempos de Marcial Ucín, y el excedente de los 140 trabajadores para fijar una producción de 300.000 toneladas de palanquilla, fue dada a conocer por el propio presidente del grupo, Alfonso Gallardo, en una reunión que mantuvo el pasado jueves en la localidad pacense de Jerez de los Caballeros, donde tiene su sede corporativa esta compañía extremeña.

Según han informado a NOTICIAS DE GIPUZKOA fuentes del comité de empresa de Corrugados Azpeitia, Alfonso Gallardo les comunicó que las instalaciones guipuzcoanas no estaban en venta y que era necesario adoptar algunas medidas para retomar la actividad. Entre ellas, aparte del cese de los tres directivos y el excedente de los 140 trabajadores, la centralización de la compra de chatarra por parte del grupo en Badajoz.

Dos días después, el propio director general, José María Etxeberria, citó a los miembros del comité de empresa para comunicarles su cese y las decisiones adoptadas por la dirección del grupo, sin aportar más datos sobre la nueva situación de la compañía.

Por este motivo, alrededor de unos 300 trabajadores participaron ayer en una asamblea celebrada en las instalaciones de la empresa, donde solicitaron la presentación de un plan de viabilidad y la ausencia de despidos, ya que entienden que se pueden adoptar medidas menos traumáticas, así como garantizar el futuro de la empresa y del empleo.

En este sentido, señalan que Corrugados Azpeitia, tal y como está el mercado español y activando las exportaciones, donde ha estado presente en países de Europa y África, podía alcanzar una producción de 600.000 toneladas, 400.000 menos del millón de toneladas que registró en 2009, cuando alcanzó el máximo de su capacidad.

"Estamos dispuestos a sacrificarnos, siempre y cuando se adopten medidas menos traumáticas de las que se quieren plantear mediante un ERE de extinción de contratos. Se pueden plantear prejubilaciones y bajas voluntarias incentivadas, sin tener que llegar a los despidos", manifestaron fuentes de los trabajadores.

Los trabajadores de Corrugados Azpetia están a la espera de que el nuevo hombre fuerte del Grupo Gallardo en la compañía, el que era director de Recursos Humanos, Javier González, presente un plan de vialidad de la empresa para poder negociar sus contenidos.

Todo ello, con un escenario muy incierto para muchos trabajadores de la empresa que van a ver como el próximo día 15 concluye el ERE de suspensión de contratos tras finalizar el plazo de 100 días por el que fue aprobado.

Tras la asamblea, en la que los trabajadores expresaron la necesidad de que la empresa presente cuanto antes el plan de vialidad y se eviten despidos traumáticos, se puso en marcha una manifestación por las calles de Azpeitia, en apoyo a sus reivindicaciones y la ausencia de la incertidumbre sobre el futuro de la compañía.

El fracaso de las negociaciones de venta de Corrugados Azpeitia a la brasileña CSN ha tenido como consecuencia que haya desaparecido el oscurantismo y la opacidad con la que se ha caracterizado hasta ahora la actuación hasta ahora de la matriz, hasta el punto de que ha sido el propio Alfonso Gallardo el que directamente ha tomado cartas en el asunto y se ha puesto en contacto directo con los trabajadores.