vitoria. Quince meses después de aprobar la compra de la firma alavesa de ascensores Omega Elevator por parte de la cooperativa guipuzcoana Orona, uno de los grandes operadores nacionales en el mismo sector, la Comisión Nacional de Competencia (CNC) comunicó ayer la apertura de oficio de un expediente sancionador contra ambas compañías por un posible "acuerdo limitativo de la competencia" concluido por las dos firmas en el sector de la fabricación y venta mayorista de ascensores.
El organismo que preside Luis Berenguer informó de que la conducta analizada parte de la información que la División de Investigación de la CNC ha ido recabando en los últimos meses una vez que la operación de concentración de ambas compañías se sellara de forma oficial el 2 de julio de 2009.
En virtud de dicha operación, según reveló ayer el organismo competente, Orona tomó el control exclusivo sobre determinados activos de comercialización, montaje y mantenimiento de aparatos elevadores de Omega, la firma alavesa al frente de la cual se encuentra Juan José Azurmendi, presidente a su vez de SEA Empresarios Alaveses.
La CNC recordó que la incoación de este expediente no prejuzga el resultado final de la investigación, y que a partir de ahora se abre un periodo máximo de 18 meses para la instrucción del expediente y su resolución.
Resolución del consejo Los doce primeros los dedicará la División de Investigación a recopilar cuanta información precise de las empresas investigadas para elaborar su perceptivo informe. El semestre siguiente llegará el turno del Consejo de la Comisión, un órgano independiente que analizará el informe de los técnicos antes de emitir una resolución. Podrá cerrar el expediente o bien sancionarlo. Dado que el asunto en cuestión encaja, a priori, en lo que la CNC califica como actuaciones "muy graves", la multa podría resultar considerable. Hasta un 10% del volumen de la facturación de la compañía en el último ejercicio.
cláusulas en entredicho Orona y Omega sellaron su particular matrimonio de conveniencia hace año y medio como consecuencia, sobre todo en el caso de la firma alavesa, de la difícil coyuntura económica. Su propio fundador, Juan José Azurmendi, llegó a reconocerlo públicamente: "La delicada situación nos ha obligado a sellar una alianza estratégica para mantener la actividad propia y mantener el máximo empleo posible de todo el grupo, dada la completa situación actual en el mundo empresarial".
El sí de la CNC a la operación salió adelante, eso sí, subordinado a una serie de condiciones por parte de la cooperativa del Grupo Mondragon hacia Omega. Entre ellas, la cartera de contratos de mantenimiento y reparación de ascensores en Gipuzkoa y Álava, que a partir de entonces sería traspasada a Orona. Por su parte, el grupo cooperativo debía respetar tres cláusulas: conceder a los antiguos clientes de la firma de Jundiz la facultad de rescindir sus contratos en vigor sin penalización; poner a disposición de sus competidores la información de los contratos de mantenimiento de Omega durante tres años y abstraerse durante dicho periodo de contraofertar en el plazo de seis meses a las ofertas que haga la competencia a sus antiguos clientes de Omega. Y olvidarse, por último, de recaptar a los clientes que se vayan con un competidor antes de un año desde su marcha. Estos compromisos, entre otros, serán analizados por la CNC a lo largo del próximo año.