donostia/pamplona. La huelga que mantienen los centros guipuzcoanos de las ITV de Irun y Urnieta -ambos de la concesionaria TüV Rheinland- está a punto de cumplir ya seis meses, tiempo en el que más de 20.000 vehículos procedentes de Gipuzkoa han recalado en los talleres navarros para superar un trámite que, si no se realiza, puede acarrear 200 euros de multa.

El incremento de la actividad en Navarra, sobre todo en las estaciones de Pamplona y Noain, ha llevado a ampliar los horarios y a que los trabajadores de estos talleres realicen horas extraordinarias para mitigar el atasco originado por el paro. Y la situación amenaza con alargarse.

La reunión que empresa (TüV Rheinland) y comité mantuvieron ayer en el Preco de Donostia terminó sin acuerdo y, por tanto, la huelga que afecta a los 64 trabajadores de las ITV de Irun y Urnieta continuará, a la espera, según confirmó la compañía, de que "el comité realice una contrapropuesta" económica sobre las mejoras salariales de cara a 2010 y 2011, "único punto del desacuerdo" en estos momentos.

La huelga iniciada el 9 de diciembre ha afectado ya a más de 80.000 conductores en Gipuzkoa. TüV Rheinland informó la semana pasada que tras la anterior reunión mantenida en el Preco el 10 de mayo había aceptado la equiparación de categorías en ambos centros y una subida salarial del 3,6% para 2009, puntos que, al parecer, fueron aceptados por el comité de empresa. Sin embargo, los representantes de los trabajadores rechazaron la propuesta de la dirección de un incremento de los sueldos del IPC+1% para 2010 e IPC+0,5% para 2011.

Ante el parón de Irun y Urnieta (gestionadas por TüV Rheinland), y el sistema de cita previa que funciona en Bergara -la única estación de ITV operativa en Gipuzkoa-, que concede turno con más de dos semanas de retraso, miles de guipuzcoanos optan por desplazarse hasta los talleres navarros.

De hecho, ninguna ley obliga a pasar la ITV en la comunidad autónoma donde reside el titular del vehículo o donde se haya matriculado el coche, la moto, el camión o el quad, que son los vehículos que están obligados por normativa a someterse a la citada inspección. Ésta tiene como fin comprobar que los elementos principales que afecten a la seguridad de la marcha -neumáticos, alumbrado, amortiguadores, etc.- estén en buenas condiciones.

150 guipuzcoanos al día Las estaciones más afectadas por este trasvase son las de Pamplona y Noain, que entre ambas han inspeccionado desde diciembre más de 20.000 vehículos guipuzcoanos, según las estimaciones de las empresas concesionarias TüV Rheinland y Revisiones Navarra SA, respectivamente. En el caso del centro ubicado en el polígono de Agustinos, el aumento de vehículos ha sido del 30% (unos 90 vehículos guipuzcoano al día), mientras que en Talluntxe rondaría el 20% (uno de cada 5 vehículos). En total, unos 150 coches "vecinos" diarios entre ambos centros. Otros talleres que han visto alterado su funcionamiento por la huelga en Gipuzkoa son los de Estella y Arbizu, aunque el impacto ha sido menor en ambos casos, según las mismas fuentes.

A pesar del considerable aumento de la actividad, en ninguna de la estaciones de ITV de Navarra se ha incrementado la plantilla de trabajadores, aunque sí ha sido preciso realizar horas extraordinarias o ampliar los horarios. "No hemos querido introducir modificaciones porque no sabemos cuánto va a durar la huelga. Si hubiéramos sabido que se iba a prolongar durante tantos meses, podríamos habernos planteado alguna otra medida", afirmó Francisco Úriz, responsable técnico e ingeniero industrial de Revisiones Navarra SA, que actualmente es concesionaria de cinco de las siete estaciones de ITV que hay en la comunidad (Noain, Estella, Tudela, Peralta y Sangüesa). Por su parte, TüV Rheinland ha optado por ampliar el horario en la estación de Arbizu y por reforzar las horas punta en Pamplona con personal del propio centro.

Los responsables de ambas concesionarias lamentan los trastornos producidos por el flujo de vehículos procedentes de Gipuzkoa, ante una huelga que aún no tiene visos de resolver a corto plazo. "Hemos tenido quejas de conductores por las esperas que se han producido, pero en todo momento hemos hecho lo que creíamos que era mejor para atender a todos los vehículos", aseguró Úriz.

La cara de la moneda para los talleres ha sido el aumento del negocio, aunque su responsables consideran que "la carga de trabajo puede pasar factura a largo plazo".