Cinco días después del desalojo del antiguo centro educativo de los Agustinos en Martutene, el alcalde Jon Insausti ha valorado la gestión del Ayuntamiento con las personas que habitaban el inmueble. Según ha explicado, los vecinos con los que ha hablado estos días le han trasladado su convicción de que el Ayuntamiento ha dado solución a un problema que afectaba a la convivencia del barrio. "En Martutene había un nudo y lo hemos desatado y es lo que nos han comentado los vecinos del barrio".
Insausti ha recordado que la semana pasada "hablaba de que este era un tema que no había que enfocar desde los extremos, ni desde el buenismo ni desde el populismo, sino que había que hacerlo de frente. Es lo que hemos hecho". A su juicio, la gestión de las consecuencias del desalojo se ha abordado de manera "profesional y técnica" y ha añadido que era el modo en el que "había que actuar, ya que hablamos de personas vulnerables".
Proyecto de FP para el edificio
Ahora mismo, su principal preocupación en este asunto es el futuro del edificio que, como se sabe, va a pasar manos de la Fundación Ortzadar para implantar una Formación profesional vinculada a la industria y enfocada a la pequeña y mediana empresa guipuzcoana.
"Lo que me ocupa es el futuro de ese edificio que es propiedad del Gobierno Vasco. Se va a desarrollar un modelo formativo desde la perspectiva de la inclusion social y laboral y eso es justo lo que estamos trabajando con las personas que vivían en el edificio y que estamos acompañando", ha explicado Insausti. El proyecto de la Fundación Ortzadar "nos va a ayudar a dar una respuesta integral a todas las personas que necesitan una alternativa como esta".
Normalidad en La Sirena
Como se sabe, en el albergue de La Sirena, en el Antiguo, se encuentran ubicados 48 de las casi noventa con las que, según el alcalde, contactó el Ayuntamiento para conocer sus intenciones una vez que se ordenó el desalojo del inmueble. "Estamos haciendo un trabajo personalizado, con itinerario propio". Ha explicado que los que forman parte de este colectivo son personas, muchas de ellas, que estaban estudiando y que quieren ser acompañados por los servicios sociales.
Su alojamiento en La Sirena comporta el cumplimiento de una serie de normas de convivencia que han aceptado. "Derechos y deberes", ha precisado el alcalde. Por ahora, no hay ninguna incidencia a reseñar y el día a día en el albergue "es de normalidad en la convivencia" tanto interna como con el entorno. De hecho, ha añadido Insausti que muchos de ellos ya se encuentran estudiando en FPs de Tolosa y Errenteria y, pronto lo harán en Donostia también..
El resto de okupas
En cuanto al resto de okupas que no han accedido a este itinerario de acompañamiento, el alcalde ha reconocido que son personas "que no han querido entrar en este itinerario, o porque no quieren saben nada de nosotros o tienen otras expectativas".
Preguntado por la petición de colectivos como Harrera Sarea para que el Ayuntamiento ofrezca una solución a todos las personas sin hogar que hay en Donostia, que se calcula en unas 500, Insausti ha afirmado que el objetivo de estos colectivos y el Ayuntamiento es el mismo: "que no haya ninguna persona durmiendo en la calle". Otra cosa es en el procedimiento a desarrollar para lograrlo, donde sí ha admitido que puede haber diferencias.
"La foto final que buscamos es la misma pero es verdad que si el Ayuntamiento pone un recurso también pone una serie de condiciones y un fin, como es la inclusion social y laboral y los que responden a eso hay que ayudarles. Es lo que entiendo yo como acompañamiento y seguimiento. Es la manera de entrar en la comunidad donostiarra".