El Santo Tomás de Donostia ya tiene su cerda para 2024

El ejemplar ha sido presentado este miércoles por la mañana a los medios de comunicación, en su cuadra. A día de hoy, el híbrido de la raza Duroc que se alimenta de un compuesto que contiene alubia, maíz, trigo y soja, ronda los 350 kilos. Sin embargo, podría incrementarlo en hasta 40 kilos de cara a la señalada fecha en la que visitará Donostia. La cerda protagonista del año pasado, Xixili, del caserío Larraxko de Aizarnazabal, rondaba los actuales 350 kilos de Kaxilda.

Tranquila y de buen comer

A pesar de que conviva con otros 205 ejemplares, su criador, Peio Bilbao, afirma que "Kaxilda es una cerda tranquila que no nos da ningún problema". Como era de esperar, es de buen comer y puede llegar a ingerir 4 o 5 kilos de alimento al día, aunque después "solo gané 1,5 kilos de peso" de todo lo ingerido durante la jornada. Bilbao está convencido de que Kaxilda "se portará bien" cuando visite Donostia y reafirma que "es muy tranquila y la gente la podrá acariciar sin ningún problema".

Tradicionalmente la procedencia de la cerda protagonista de Santo Tomás ha sido el caserío Arro de Leitza, y en las últimas dos ediciones el ejemplar llegó a Donostia desde el caserío Larraxko de Aizarnazabal. Kaxilda, sin embargo, llegará a la capital guipuzcoana desde el caserío Arantzeta, que se sitúa Elgeta y es parte de la cooperativa de ganaderos Basatxerri.

Feria histórica

La Plaza de la Constitución de Donostia acoge la tradicional fiesta desde mediados del siglo XIX, cuando la mayor parte de las fincas rústicas guipuzcoanas estaban gestionadas por diferentes baserritarras que tenían marcado en su calendario el 21 de diciembre. Ese día debían pagar sus rentas en la capital guipuzcoana, que era donde solía vivir el dueño del caserío. Fue entonces, cuando para aprovechar su visita a Donostia decidieron traer a la ciudad su ganado y sus mejores productos, dando inicio a una feria que ya es fija en la programación de la ciudad.

La capital guipuzcoana acogía por aquel entonces esta tradicional Feria, que era necesaria para los baserritarras de todo el territorio. Cuando el transporte en diferentes municipios mejoró, en cambio, dejó de ser una necesidad, pero muchos caseros decidieron seguir acudiendo a la cita donostiarra igualmente. Desde entonces, la exposición de ganado, el talo con txistorra o los trajes de baserritarras están siempre presentes en las calles donostiarras el 21 de diciembre.