Ha llegado uno de los momentos cumbre de la Semana Grande de Donostia: el abordaje pirata. Desde primera hora de la mañana decenas de cuadrillas se han ido acercando al puerto para dar los últimos retoques a sus botes y tratar de conseguir la pole para el abordaje de las 17.00 horas. Cerca de 250 embarcaciones de madera, corcho, construidos con palés, flotadores varios, cañas entrelazadas e, incluso, colchones, conquistarán la ciudad ante la atenta mirada de los donostiarras y visitantes con el objetivo de disfrutar de un día muy especial para todos y todas las donostiarras.
"La única regla es que no hay reglas", es una especie de grito de batalla entre los piratas. Por ello, además de la música, diferentes colores y todo tipo de herramientas y objetos, así como cañas de bambú o churros de piscina, reinaban en el puerto de la capital guipuzcoana a pocas horas de la botadura. Todo o casi todo sirve para tratar de llegar a la orilla de La Concha. Se respiraban ganas de fiesta, la sonrisa de los y las participantes hacían indicar que se trataba de un día único. Además, al dejar atrás el sofocante calor y con el tan famoso sirimiri, se podía gozar de una mañana muy agradable.
“Hay que disfrutar, no llegar el primero”
Las embarcaciones, la mayoría con bolsas de aire para flotar, iban cogiendo forma para una misión secundaria: no naufragar. Una de las más veteranas es Atzekaldeko Zeppelina, presente en todas las ediciones del abordaje pirata. “Es una fiesta del pueblo que hacemos entre todos y para todos”, ha declarado Igor Elberdin, uno de los integrantes del bote. Elberdin ha confesado que las maderas y los tornillos que han utilizado tienen quince años, ya que “hay que reciclar, usar y guardar”.
“No tenemos ninguna prisa, tal y como dice el nombre de nuestra embarcación, iremos de los últimos. Ahora descansaremos y comeremos, venimos a disfrutar. No es una carrera, si llegas el primero significa que has disfrutado menos, aquí lo que hay que hacer es participar y pasarlo bien. El objetivo es hacer una fiesta por y para el pueblo”, ha añadido.
También hay hueco para ‘extranjeros’
Los de casa conocen este día, saben qué hacer y cómo dejar impoluta una balsa que deberá navegar cerca de un kilómetro. Pero también hay participantes que no son de Euskal Herria que no han podido resistirse a la tentación de los piratas. Es el caso del barco madrileño Usain Boat; sí, probablemente sea uno de los nombres más peculiares de todos. Tal y como han confesado Rafael Martín e Irene Alonso, dos de los navegantes de dicho barco, tratarán de ser los “más veloces” ya que no tienen “ninguna posibilidad” de naufragar. Habrá que ver.
Esta tarde, el abordaje
La actividad estrella de Donostiako Piratak se vivirá esta tarde a partir de las 17.00 horas, cuando todas las embarcaciones (por llamarlas de alguna manera) desciendan la rampa del puerto y pongan rumbo a la playa de La Concha.