Son chavales y chavalas que tienen entre 14 y 16 años y que, por tanto, comienzan a salir ya en grupos al atardecer o incluso a la noche. Así que saben bien dónde se sienten seguros y tranquilos, y dónde no es así. Y lo han plasmado en un papel gracias a un proyecto dentro de la Agenda 2030 Escolar, con la que se trabaja el “desarrollo sostenible”. Una de esas acciones trata de la energía y el alumbrado público. Dentro de ahí, han aprovechado para localizar zonas con escasa iluminación y que, por tanto, son “oscuras o negras”.

Una veintena de centros escolares de Altza, Intxaurrondo, Bidebieta, Ategorrieta, Gros, Egia, Loiola y Aiete han participado en esta iniciativa, denominada ¡No más puntos oscuros en la ciudad! y promovida por Cristina Enea Fundazioa. Durante la segunda parte del curso, cada centro ha analizado su barrio y ha elaborado una lista de puntos oscuros con una foto, la ubicación, el problema y las posibles soluciones.

El colegio La Anunciata es uno de los centros escolares que ha participado en el proyecto y cuyos alumnos se han tomado muy en serio la labor. Juan Carlos Lizarazu, profesor de Biología y Geología en 3º de la ESO y de Cultura Científica en 4º, ha sido quien ha dirigido su labor. “Surge del proyecto Agenda 2030, que trabaja los objetivos de desarrollo sostenible. Uno de los puntos es el de la energía, y de ahí salió la idea del alumbrado público y los puntos oscuros de la ciudad que pueden ocasionar problemas a la noche. Luego cada colegio nos repartimos los barrios según nuestra zona”, explica.

Las alumnas y alumnos conocen las zonas críticas que han expuesto en su trabajo, ya que las suelen frecuentar: “Hemos ido por las calles próximas al colegio, donde ellos se suelen mover. Ya saben a la noche por dónde se puede ir y qué zonas es mejor evitar. Al ser chavales de 15 o 16 años, lo que te dicen es real. Por ejemplo sacan a pasear al perro y hay lugares por los que no van”, cuenta Lizarazu: “En invierno sales del entrenamiento o de una extraescolar y a las seis o siete de la tarde ya es de noche”.

Trabajo de calle

El profesor explica cómo han llevado a cabo el proyecto: “Preparamos en clase una ficha para apuntar los datos e hicimos grupos de cuatro o cinco personas. Un par de días salimos a la calle para ir por las zonas que considerábamos críticas, comentábamos los problemas que habíamos visto y ellos los apuntaron en las fichas”. Los chicos y chicas se lo han tomado muy en serio porque son conscientes, tal y como dice Lizarazu, de que Altza “no es el Boulevard, y aquí hay sitios con problemas”. Pone como ejemplo el parque Artxipi, “que se usa mucho de día para pasear, pero que no puedes ir por la noche porque no hay ninguna farola”. “Es una pena”, ahonda: “Ya sebemos que estamos en la periferia, pero es un parque de Donostia y se podría aprovechar más”.

Zona de Molinao, donde los alumnos de La Anunciata se sienten inseguros. N.G.

El alumnado de La Anunciata se lo ha tomado muy en serio y han detectado un buen número de lugares “oscuros o críticos”: en el paseo Casares hay unas escaleras de acceso a viviendas sin iluminación, al igual que un aparcamiento; en Santa Bárbara y Berra hay zonas “mal iluminadas y sucias”; en el Camino de Lorete hay pasos estrechos, mal iluminados y sin acera; en Artxipi hay lugares mal iluminados y abandonados; y en la calle Eskalantegi también han detectado un parque y unas canchas “sin apenas iluminación”, lo que les impide estar ahí al anochecer. Las soluciones que proponen en estos lugares potencialmente peligrosos es limpiarlos, iluminarlos mejor y, en algunos casos, construir aceras.

Presentación en el Ayuntamiento

“Ya conocían las zonas, porque suelen andar por ahí, pero el trabajo les ha servido para conocer al detalle cómo está el barrio”, señala el profesor de La Anunciata, muy satisfecho de la implicación del alumnado: “La verdad es que no esperaba que fuesen a sacar tanto fruto de la experiencia, pero han hecho un trabajo bueno y con muchas ganas. Para ellos ha sido como algo muy real, palpable, porque todos los días pasan por esos lugares, les he visto trabajar con ganas e interés. Luego en clase hay ordenador los datos, han hecho un resumen…”. Cree Lizarazu que este tipo de proyectos favorecen la implicación de las alumnas y alumnos de la ESO: “Se enganchan si es algo que va con su realidad. En ese caso les atrae y lo hacen con ilusión. Vas a la calle, trabajas en clase… ha estado bien”.

Los colegios presentaron sus trabajos al Ayuntamiento el pasado 22 de mayo en un Foro Municipal que contó con la presencia del alcalde, Eneko Goia. El Consistorio recibió las propuestas, que serán trasladadas “al grupo de trabajo que esté detrás de la designación de los puntos críticos para que los tengan en cuenta”, señalan desde Cristina Enea Fundazioa. El propio Eneko Goia indicó al alumnado que se estudiarán todas las propuestas que han realizado y que “responderá a principios del curso que viene diciendo cómo tiene previsto actuar”, añade Juan Carlos Lizarazu, de la Anunciata.

Uno de los objetivos de estos trabajos realizados por los centros escolares es difundirlos entre la ciudadanía, así que se expondrán a lo largo de este mes de junio en las diferentes casas de cultura de Donostia.