Isabel Verdini está emocionada, terriblemente emocionada. Y feliz, terriblemente feliz. Y agradecida. Mil sentimientos gratos en una coctelera a una semana de recibir, en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Donostia, el Tambor de Oro.
¿Cómo recibió la noticia de que había sido distinguida con el Tambor de Oro?
Estaba paseando por Gros cuando me llamó el alcalde, Eneko Goia, para comunicarme que por unanimidad la Corporación había decidido otorgarme el Tambor de Oro. Empecé a llorar, es increíble la emoción que sentí en ese momento. El alcalde se dio cuenta y me dijo: “Veo que estás muy emocionada y te voy a dejar, ¿pero te veo el día 20, no?”. Yo le respondí que por supuesto.
¿Y después?
Lo primero que hice fue llamar a mi marido, Jesús Murua, para decírselo. Me respondió que era una inocentada. En ese momento le respondí que casi mejor, que era algo que me venía grande. Le comenté que si era una inocentada la habían hecho muy bien, porque la voz se parecía mucho a la de Eneko Goia. Luego quedó claro que era verdad. Y los dos llevamos llorando hasta ahora, pero de alegría.
¿Cuál ha sido la reacción de quienes le rodean?
En la calle me paran y la gente me abraza, me da dos besos. Gente que no conocía ha llorado conmigo de la emoción. Está siendo todo muy bonito.
Este reconocimiento coincide con los 30 años de Verdini Dantza Taldea. ¿Doble celebración?
Ha tocado así por casualidad. Nosotros íbamos a actuar en febrero, en Carnavales. Nos cambiaron la fecha al 21 de enero y pensamos que muy bien, un día después del Día de San Sebastián. Va a coincidir el Tambor de Oro y los 30 años de Verdini, y estamos muy contentos. Creo que va a ser explosivo, el día 21 se van a juntar muchas emociones, de quienes nos vayan a ver y de las que vamos a bailar. Ahora les digo que somos Tambores de Oro y empiezan a estirarse, me hacen gestos... Yo les digo que no los hagan, que pueden sonreír pero... Estamos disfrutando.
¿Cómo están viviendo los bailarines este momento?
Por WhatsApp las madres de algunos bailarines me mandaron mensajes de audio llorando, diciéndome cosas muy bonitas. Luego ya en el aula fue increíble. Nos abrazamos todos, unos reían, otras gritaban... Fue una sensación muy bonita y seguimos así. Estoy aprovechando para que saquen más lo que llevan dentro (bromea Isabel Verdini).
¿Además de la actuación del día 21, Verdini Dantza Taldea tiene prevista alguna cita más por su 30º aniversario?
Tenemos proyectos, que no puedo avanzar todavía. Pero después de este galardón, si antes Verdini luchaba ahora lo va a hacer más, con más motivación. El día 23 tenemos una actuación y más cosas que todavía no están concretadas. Tenemos algo muy, muy potente que si sale bien, va a ser la repera. Pero no puedo decir nada más.
¿Cómo nació Verdini Dantza Taldea?
Cuando yo estaba estudiando en Barcelona nació mi sobrina, con síndrome de Down. Para mí no fue una mala noticia, fue agridulce. Fui a conocerla y era preciosa, con sus ojos azules, potolita. La palabra síndrome de Down nos era desconocida, lo era más en aquel entonces. Fue un momento duro, sobre todo para mi hermana Amaia. Yo le abracé y le dije: “Si la niña quiere ser bailarina como su tía, lo será, porque yo le enseñaré”. Y cumpliendo esa promesa llevo ya 30 años.
¿Cómo empezaron a llegar a Verdini las bailarinas?
Como siempre todo fue de boca en boca. Tras mi sobrina vinieron sus amigas y, poco a poco, se fue apuntando más gente. Ahora en la compañía no estoy cogiendo a nadie, pero mi intención es hacer una audición para este año. Antes, cuando me dedicaba más a la escuela, venían así, porque alguien se lo decía. Ahora me dedico a la compañía, es una ONG. Lo hacemos todo de forma voluntaria, sin cobrar. Yo vivo de mis clases de danza.
¿De qué forma va a celebrar Isabel Verdini este Tambor de Oro?
Lo estoy celebrando desde que me lo dijeron, que fue el 5 de diciembre, en mi cumpleaños. Ahora lo voy a compartir con la gente de Donostia estando en todo lo que me digan que tengo que estar, dejándome llevar y disfrutando de todo. Quiero compartir mi felicidad y, sobre todo, agradecer. Quiero que la gente sienta este agradecimiento por parte de Verdini. El día 20 habrá alguna sorpresa, creo que será bonito.
“Esta siendo todo muy bonito, pero lo más bonito es que así se visibiliza lo que es Verdini. Queremos que la gente se aproxime a la diversidad”
¿Tiene ya preparado cómo será?
Sí, ya está todo preparado y atado. Esperando a que llegue el día para disfrutarlo.
¿Quién va a estar con Isabel Verdini en el salón de Plenos el día 20?
Mi marido, mi hermana Agurtzane, toda mi familia, que no es muy en grande, y en mi corazón va a estar mi madre (se emociona al hablar).
¿Muy nerviosa?
Estoy emocionada y esa emoción no me hace estar controlada. Enseguida empiezo a llorar. Esa emoción a veces me bloquea y otras veces me hace salir hacia afuera. Poco a poco voy controlando la emoción para poder vivirlo de forma más tranquila y poderlo aprovechar. Porque si no, va a pasar todo sin que luego me acuerde.
¿Ha recibido muchos consejos para este día?
Todo el mundo me está diciendo que lo viva a tope. La semana que viene me he quitado todas las clases, menos la del lunes. Mis alumnas me dicen que lo disfrute, que es una vez en la vida, que comparten mi alegría... En la calle, igual. Todo son felicitaciones.
Debe resultar doblemente gratificante recibir el reconocimiento de la gente
Lo es. Que te abracen personas que no te conocen es muy fuerte. He llorado con gente desconocida. También habrá gente que crea que no se me debería haber dado, pero es normal. Pero ayer mismo, una cuadrilla de tres hombres me felicitó en la calle. Está siendo muy bonito, pero lo más bonito es que así se visibiliza lo que es Verdini. Fuimos a Got Talent para eso. ¡Si lo llego a saber, no vamos! (bromea). Queremos que la gente se aproxime a la diversidad, que aprecie lo bonito de la diversidad.
¿Todavía hay que seguir luchando?
Siempre, porque todavía hay mucho desconocimiento. Hasta que no te toca no te das cuenta. Eso pasa con todo. Hay cierto desconocimiento. Hay que facilitar que la sociedad les conozca. Lo bonito de Verdini es lograr que la gente abrace la diversidad. Si todos fuéramos iguales, ¡qué aburrido sería el mundo!
Este año es especial pero, ¿Isabel Verdini acostumbra a celebrar por todo lo alto el día de San Sebastián?
Siempre he sido de vivir el día de San Sebastián. Pero cuando era pequeña a las chicas no nos dejaban salir tocando el tambor, solo de cantineras o abanderadas. Un año me tocó llevar la bandera del colegio, una bandera cuadrada que no se movía para nada. Salgo en todas las fotos con cara de enfadada. Mi madre me decía que tantas ganas de salir en la tamborrada para poner esa cara en las fotos...
“Quiero disfrutar de todo y en todos los momentos. Me voy a dejar llevar y espero controlar algo mi emoción para que no me nuble ”
¿Y de mayor?
Lo que me ha pasado es que trabajo cuando la gente ensaya. Y pienso que hay que tener respeto para salir en la tamborrada. y hay que ensayar y hacer las cosas bien. No lo he podido disfrutar como me hubiera gustado. Disfruté mucho cuando nos dieron la Medalla al Mérito Ciudadano. En casa siempre lo hemos celebrado con la familia. La Izada me emociona siempre.
¿Con qué va a disfrutar más Isabel Verdini?
Quiero disfrutar de todo. De la entrega y la cena con las Medallas al Mérito, la comida con Tambores de Oro, de ir a tocar el barril... De todo, de todo. Quiero disfrutar de todo.
¿Cuál ha sido la trayectoria de Isabel Verdini?
Yo empecé a bailar de joven. Desde pequeña estaba bailando en casa. Mi madre me intentó apuntar donde Peter (el bailarín Peter Brown), pero como trabajaba no podía llevarme y recogerme en Amara, y yo vivía en Altza. Cuando mi hermana fue algo mayor para llevarme en autobús, comencé a bailar jazz con Amaia Garmendia. Luego me di cuenta de que me gustaba más la enseñanza. Mi madre me dijo que necesitaba un título y, tras hacer las pruebas, entré en el Instituto de Teatro y Danza de Barcelona. Tras el nacimiento de mi sobrina me he dedicado a investigar sobre danza y discapacidad.
¿Cómo se gestan las actuaciones de Verdini Dantza Taldea
Primero nos reunimos el equipo que tengo para ver qué ideas hay. Yo no soy líder, no sé mandar. Yo tengo una idea, la comparto con mi equipo y, a partir de ahí, se va gestando cómo trasladarla a la compañía. Como en cualquier compañía, hacemos talleres y vamos sacando trocitos de movimientos que nos gustan, empezamos a trabajar con la música y, a partir de ahí, es ensayo, ensayo y ensayo, y muchísima repetición.
¿La compañía aporta?
Mucho más de lo que yo les aporto a ellos. Me han cambiado la vida, la forma de pensar. Me han abierto un hueco en el corazón que nadie lo hubiese hecho de no haber sido ellos (vuelve a emocionarse).
Un mensaje para las y los donostiarras ante el gran día
Sí quisiera pedir una cosa. Estuve con Zaporeak en una rueda de prensa y espero que la gente compre el pin que han hecho, porque me parece una iniciativa muy bonita. Por lo demás, que disfruten de la fiesta como lo voy a hacer yo. Que vean que los sueños se cumplen, con trabajo e ilusión, y que lo importante en la vida es creer en una misma y en lo que hace