El Ayuntamiento de Donostia ha tomado la decisión de hacerse cargo de la colocación de un correcto sistema de extinción de incendios en el Archivo Municipal de la plaza Blas de Otero, ante la negativa de la empresa que lo instaló a solucionar sus problemas, pese a que recibió un requerimiento para ello. La Administración local ejecutará los trabajos de modo subsidiario y, después, peleará en tribunales por cobrar lo que considera que la sociedad instaladora dejó en incorrectas condiciones. 

Así lo señalaron a este periódico fuentes del departamento de Presidencia del Ayuntamiento, de quien depende el Archivo Municipal, que se trasladó a las dependencias actuales de la plaza Blas de Otero a principios de 2021. Seis meses después, en septiembre, las dependencias sufrieron un problema técnico. La alarma saltó de modo accidental y se vaciaron botellas de gas de extinción (no puede echarse agua en los archivos históricos).

En noviembre, hace ahora dos años, se llevó a cabo un ensayo para ver si funcionaba bien la instalación y, además de resultar fallido, ocasionó graves desperfectos en el espacio. También, afecciones en la climatización y renovación del aire, muy importante en el caso de los archivos históricos.

Los planes para mejorar la seguridad ante incendios del Archivo Municipal, con más de 120.000 documentos, algunos del siglo XIII, se dio a conocer tras la carta enviada a los grupos políticos del Ayuntamiento de Donostia por parte de la Jefa de la Sección de Archivo, la funcionaria Belén Martínez, que aseguró: “Carecemos de sistema de extinción”.

La responsable de esta instalación municipal señala en su carta que puso el problema en conocimiento del Comité de Seguridad y Salud del Ayuntamiento en febrero de 2022 y, desde entonces, “ha habido intervenciones puntuales de diferentes gremios, pero el problema de fondo persiste”.

Además del riesgo que percibe por no existir un sistema de extinción de incendios en condiciones, la jefa del Archivo Municipal señala que lleva “varios meses comunicando la humedad relativa fluctuante”, muy dañina para los antiguos documentos. Según asegura, en el depósito donde se custodia documentación histórica, en papel y pergamino, con elementos de cuero y cera, la humedad ha alcanzado el 70% y, en otro depósito, el 90%.

Belén Martínez señala en su misiva que ha sido informada de que será necesario sacar a concurso la obra, lo que podría requerir de unos nueve meses antes de que comience de modo efectivo. “Lo cierto es que, si seguimos en las condiciones actuales, será necesaria la búsqueda de una alternativa a la actual” considera la responsable de la instalación.

La funcionaria recuerda que la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi obliga a adoptar medidas para difundir y proteger los documentos y añade que, según la Ley de Gestión Documental Vasca, los daños irreparables en documentos constituyen infracciones muy graves.

Belén Martínez, además, dice que la gestión documental de la instalación donostiarra no es buena. Asegura que más de la mitad de las copias digitales deberían estar a disposición de la ciudadanía en la web municipal, pero “el Ayuntamiento hace caso omiso a la recomendación relativa a la preservación del patrimonio documental”.