Un informe de ingeniería presentado el pasado mes de abril aconsejó el derribo total del edificio de viajeros de la Estación del Norte de Donostia. Determinó que los muros y las cimentaciones no eran “estructuralmente fiables” para la obra que iba a tener lugar que, además de la reconstrucción del edificio, prevé la creación de un subterráneo, que dará acceso al pasadizo de Egia, así como un levante de dos plantas sobre la edificación.

El consejero de Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, de quien depende ETS, la entidad ferroviaria que ejecuta la obra de transformación de la instalación de Adif, respondió así al parlamentario de Elkarrekin Podemos, Iñigo Martínez Zatón, que le había presentado un pregunta para su respuesta por escrito.

En ella, interrogaba al consejero sobre los motivos por los que se había “derribado completamente” la estación. Arriola señala en su contestación que, una vez iniciadas las obras y vaciado interiormente el edificio, quedaron al descubierto todos los paramentos estructurales de la cubierta y muros de marca y se encargó a la dirección de las obras un informe “acerca de la situación realmente encontrada, que podría variar las previsiones realizadas en el proyecto constructivo”.

La respuesta del consejero añade el propio informe presentado el 23 de abril. Para llevarlo a cabo, técnicos de la empresa Eptisa Cinsa visitaron el edificio el 21 de marzo 

El informe técnico dice que, cuando se va a ampliar el edificio, “no parece razonable el mantenimiento de esta estructura por el encorsetamiento que esto supondría de cara a la definición funcional futura de esta parte” del inmueble y por “las implicaciones” que conllevaría, teniendo en cuenta que está previsto construir un sótano en toda la planta, con conexión con el pasadizo de Egia y el hall de media y larga distancia bajo las vías.

El informe recuerda que también se proyecta un levante del edificio de dos plantas y opina que “no sería lógico pensar” que se apoye sobre la estructura, que hasta ahora ha tenido “cargas ligeras”. Las estructuras de los muros “no son un apoyo confiable para poder levantar dos pisos por encima, con el incremento de cargas gravitatorias y de viento que sufriría respecto a la situación del diseño actual”, dice el informe.

Asimismo, concluye que la edificación que se plantea “es de suficiente calado como para evitar la utilización de la estructura”. Añade que sería necesario ejecutar una nueva estructura en el interior para soportar la existente y la futura, lo que reduciría la superficie útil de las plantas.

Finalmente, destaca la “complejidad” de ejecutar el vaciado del sótano, “con el consiguiente aumento de costos y de riesgos”, y añade que esta nueva planta bajo rasante sufriría una reducción en superficie útil más importante “ya que las pantallas debieran estar por el interior de las fachadas actuales, no siendo razonable dejar las pantallas por el exterior y tener que sostener la estructura existente y realizado el vaciado por debajo”.

Sin impedimento

El informe técnico, al igual que hace Arriola en su respuesta, recalca que, además, “no existe impedimento administrativo legal” para derribar la fachada, ya que así lo permite el Plan Especial del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc) del Ayuntamiento de Donostia, que se aprobó de modo definitivo en 2021.

El plan que concreta las actuaciones permitidas en los edificios históricos señala que la marquesina sobre las vías, ahora retirada para su restauración, y la sillería de la columnata son “elementos permanentes”. Sobre el edificio ahora derribado dice: “Se conservarán o bien se reconstruirán las fachadas del edificio de viajeros, permitiendo un levante”, lo que abre la opción al derribo total.

El documento, tras años en tramitación, fue aprobado por PNV y PSE, la abstención de EH Bildu y el PP y el único voto en contra del Elkarrekin Donostia.

Una sentencia judicial del 26 de abril de este año ratificó la validez del documento, recurrido por Áncora, según recalca la respuesta del consejero de Cultura, Bingen Zupiria, en su respuesta otra pregunta del mismo parlamentario Iñigo Martínez Zatón.

El consejero de Cultura recalca también que “lo único que es obligatorio mantener es la estructura metálica de la cubierta de los andenes, así como los pilares de sillería del pórtico”, que están en su lugar. Además, responde que “no es competente en la protección” del edificio, que corresponde al Ministerio de Cultura por ser “al ser un bien adscrito a un servicio público gestionado por la administración del Estado”.

Reclamación de Áncora

Por otra parte, la asociación de defensa del patrimonio Áncora ha presentado una reclamación ante la Comisión Vasca de Acceso a la Información Pública por no haber podido consultar el proyecto de nueva estación de Renfe a pesar de haberlo solicitado de modo reiterado. Interesa saber, dice la entidad, si la decisión del derribo estaba tomada de antemano “o si ha sido tomada a posteriori, dilucidando en su caso las responsabilidades que puedan derivarse”.