El parque donostiarra de Cristina Enea está de enhorabuena. En la última semana, media docena de patitos de la especie ánade azulón han nacido en el parque y no es difícil verlos en las inmediaciones del estanque junto a su madre o, simplemente, disfrutando de un refrescante chapuzón.

Así lo ha indicado Cristina Enea Fundazioa, que este jueves ha publicado en sus redes sociales un simpático vídeo de la nueva familia.

Según ha indicado la fundación a este periódico, ha sido esta semana cuando los trabajadores se han dado cuenta de que han nacido "seis o siete" patitos. Se trata de pequeños pollos, cubiertos de un suave plumón de color oscuro y manchas amarillentas, que persiguen a su madre allá donde va en busca de alimento. Aunque son capaces de nadar y bucear a las pocas horas de nacer, todavía tardarán casi dos meses para poder volar.

Los ejemplares hembra de los ánade azulones preparan los nidos a conciencia, escondidos entre la vegetación que rodea el estanque. Una vez acondicionados, las hembras depositan entre siete y trece huevos que, posteriormente, incubará por un periodo de entre 27 y 28 días hasta que, transcurrido este tiempo, los huevos eclosionan y nacen los pequeños patos.

Desde Cristina Enea Fundazioa recuerdan que al ser tan pequeños, son animales "muy vulnerables". La presencia de gaviotas es el principal riesgo de estas crías, ya que les atacan con fiereza. Para evitar males en este sentido, ciudadanos anónimos decidieron hace unos años proteger los jardines que rodean el estanque con estructuras de cuerda, una medida que desde el parque reconocen que es "muy efectiva", ya que repele a las gaviotas. Sin embargo, este año, o al menos por el momento, estas cuerdas no han sido colocadas.

Estos patos, al igual que el resto de animales que habitan el parque, son también en ocasiones víctimas de los perros que pasean sueltos, algo que recuerdan, está prohibido. "Los perros deben ir atados siempre y, además, no están permitidos en todo el parque, sino solo en algunas partes", insisten.

Con respecto a la acción de los humanos, aunque no constituye un peligro como tal, desde Cristina Enea Fundazioa recuerdan que "no es necesario darles de comer, ya que estos animales son capaces de buscar alimentos por sí mismos".

Especie migratoria muy bien adaptada al entorno del Urumea

Los ánades azulones son aves migratorias cuya población frecuenta zonas húmedas de todo tipo. Si bien no forman parte de la población animal del parque propiamente dicha (básicamente formada por pavos reales y cisnes, de cuyo seguimiento se hace cargo el Ayuntamiento de Donostia), se han adaptado muy bien a las condiciones de la cuenca del Urumea, por lo que es habitual encontrarlos tanto en el interior de Cristina Enea como a orillas del río.

Aunque su población es habitual, desde Cristina Enea Fundazioa constatan que este año, la cifra de ejemplares adultos ha descendido notablemente, sin llegar a encontrar una explicación que lo justifique.

Los machos de esta especie lucen un vistoso plumaje que es de color verde brillante en la cabeza y el cuello. Presenta también un collar blanco que separa la cabeza del pecho, que es de color castaño, un dorso parduzco y partes centrales grises, mientras que la popa es negra. Cuenta con dos plumas negras y rizadas sobre la cola y un espejuelo (franja de color que tienen algunas aves en las la parte superior de sus alas) de color azul, visible cuando vuelan y que queda escondido cuando tienen las alas replegadas. Es precisamente de aquí de donde deriva el nombre de azulón. Las hembras, por su parte, son de menor tamaño y tienen un color parduzco moteado en el que solo resalta el espejuelo azulón, similar al de los machos.