Donostia también tuvo su época rebelde. La conoce bien Miguel Usabiaga, que probablemente sea la única persona que ha reflejado en un libro, 'Donostia rebelde', cómo fue la década de los 30 del siglo XX en la capital guipuzcoana. Fue la época de la república, de los movimientos obreros y juveniles, de la rebeldía, de la efervescencia política y social. “Hay una historia republicana, obrera y rebelde”, dice este donostiarra de 61 años, arquitecto de profesión, pero escritor de vocación. “Se ha insistido siempre en la Donostia de la Belle Epoque, en esa ciudad de postal, en la que se vive muy bien, en la complacencia. Yo he retratado otra Donostia, a la que no estamos acostumbrados”, explica.

Este libro, 'Donostia rebelde', es una de las 15 publicaciones que tiene ya a sus espaldas Usabiaga, también colaborador de este periódico con artículos de ciclismo e historia. “Escribo siempre sobre los olvidados, sobre los que no salen en otras páginas”, comenta. Y aquella época está especialmente sepultada por las capas de historia que se han ido poniendo encima. “Era una ciudad rebelde, pujante. No solo gente de aquí, también pasaron personalidades políticas muy importantes por Donostia”. No se considera historiador, pero conoce muy bien la época. De primera mano. De hecho, su padre, Marcelo (fallecido en 2015 tras vivir 98 años) fue un conocido comunista y rebelde que tuvo un papel activo en los años 30 y que luego se pasó 21 años y medio en la cárcel. “Todo eso lo he mamado. Sé todo lo que me ha contado mi padre y, aparte, me he documentado”, asegura. No hace falta que lo diga, porque, si uno pasa un rato con él, se da cuenta de que es una enciclopedia andante de la época.

Todo este conocimiento le hizo ser anfitrión del Paseo rebelde por Donostia, organizado por la Asociación Republicana de Donostia, y que ahora repite para NOTICIAS DE GIPUZKOA. Y es que la capital guipuzcoana tiene varios emplazamientos importantes que explican su actividad en aquella época. 

Reunión previa a la república

Para empezar, Donostia acogió, en el verano de 1930, una reunión clave para que meses después, en 1931, se proclamara la República a nivel estatal. “Estaban veraneando aquí dirigentes políticos como Manuel Azaña, Alejandro Lerroux o Niceto Alcalá Zamora y se reunieron primero en el Hotel Londres. Pero querían que fuera un encuentro secreto y allí les veía mucha gente, así que se fueron al número 4 de la calle Garibai, que era la sede del Círculo Republicano. No hay ningún documento por escrito, pero ahí acordaron que, si las elecciones municipales de abril del 31 les daban mayoría a las fuerzas ahí representadas (izquierda republicana, socialismo…), proclamarían la república, cosa que sucedió. Así que, pese a no firmar nada, se cumplió un pacto verbal que se produjo en Donostia. Por eso digo que pasaron cosas importantes y no solo a escala local, pero es algo que prácticamente ni se conoce”.

Enfrentamiento en el María Cristina

Muchos de estos lugares con su pedazo de historia republicana están situados en el Centro. En el Hotel María Cristina y en el edificio de La Equitativa, al otro lado del río Urumea, hubo un enfrentamiento entre militares del cuartel de Loiola y los milicianos. Las marcas de disparos en una fachada lateral del hotel dan buena cuenta de aquel enfrentamiento, en el que un comunista, Anastasio Carro, se lanzó en un camión cisterna de gasolina contra la valla del hotel. Él falleció en esa acción, pero fue decisiva para que horas después los militares sacaran una bandera blanca. También hubo enfrentamientos en la calle Okendo, donde antes estaba la subdelegación del Gobierno; y en lo que era el casino, ahora el Ayuntamiento. Y en la calle Ramón María Lilí estaba el frontón Urumea, donde los republicanos celebraban actos políticos y mítines.

Imagen de los agujeros que dejaron los proyectiles en una fachada del Hotel María Cristina en el enfrentamiento de 1936. Arnaitz Rubio

En la Parte Vieja se situaron las sedes de sindicatos y asociaciones obreras, al igual que en Amara. “En lo que es el bar El Nido, por ejemplo, se encontraba la sede de la CNT. En 1936, los allí presentes (de ideología anarquista) pusieron barricadas a los militares que venían de Loiola a apoyar a las fuerzas militares que estaban en el María Cristina o La Equitativa. Su labor de resistencia fue importante. Y en la calle Arroka tenía su sede Euzkadi Roja, un semanario comunista para toda Euskadi.

El arquitecto donostiarra refleja también en su libro la “efervescencia política” que había entre los jóvenes, que se aglutinaba donde ahora están los juzgados de la plaza Teresa de Calcuta, que entonces albergaba la Escuela de Comercio de San Sebastián. “Había mucha organización estudiantil. Se aspiraba a la república como si eso fuera la solución a todo. Había sindicatos estudiantiles y se movían mucho, cada uno en su franja ideológica”.

Manifestación sangrienta

Tampoco es apenas conocido –aunque recientemente el Ayuntamiento ha puesto un monolito en el lugar recordando este suceso histórico– la manifestación que acabó con al menos ocho muertos a la altura del reloj de Ategorrieta. Los pescadores de Pasaia y sus familiares tenían intención de marchar hasta Donostia para reclamar ciertos derechos laborales. “El ejército les dejó pasar en el Alto de Ategorrieta, pero donde el reloj estaba la Guardia Civil que, por razones que no conocemos, abrieron fuego contra los manifestantes. Murieron entre ocho y diez personas”, resume Usabiaga, que insiste en que es un ejemplo de lo “oculta” que ha estado esta parte de la historia: “Es la Donostia obrera que no sale en los libros. Se desconoce que en una manifestación sindical murieron estas personas, aunque ahora el Ayuntamiento ha puesto ese panel contando los hechos”.

Polloe también tiene su protagonismo en la Donostia republicana, ya que allí está enterrada Clara Campoamor, creadora de la Unión Republicana Femenina y que fue una de las impulsoras del sufragio universal femenino. “Vivió unos años en Donostia y luego visitó varias veces a su hermano Ignacio, que seguía viviendo aquí. Tenía un vínculo emocional con Donostia y pidió ser enterrada en Polloe. Está en un panteón de una familia amiga”, explica Usabiaga.

Ejecuciones en la cárcel

En Ondarreta estuvo hasta 1949 la cárcel, que también tuvo un importante protagonismo en los años republicanos. “Todos los rebeldes pasaron alguna noche ahí”, reconoce Usabiaga. Fueron estos presos los que “construyeron la Avenida de Tolosa”, cuenta Usabiaga: “Les sacaban por la mañana a trabajar y al final de la tarde volvían a la prisión. Ese también es un capítulo desconocido de la ciudad”. Una de esas personas que construyó esta vía fue su padre.

Más siniestro y doloroso fue el capítulo relacionado con la cárcel “después de la resistencia, cuando los franquistas tomaron la ciudad”. “Hubo muchos detenidos y se produjeron ejecuciones extrajudiciales en el cementerio de Hernani, en Ulia, en el Puente de Hierro y en el campo de tiro de Bidebieta. En Hernani hay un monumento con el nombre de más de 200 personas ejecutadas, pero se calcula que fueron 600”.

El olvido

Insiste Usabiaga en que aquellos ecos republicanos hoy están prácticamente apagados, de ahí que él haya querido en libros como 'Donostia rebelde' recordar “a gente que ha tenido protagonismo en la historia y que está del lado de los olvidados” y explicar “por qué luchaban”. Según el escritor donostiarra, los motivos de que la república haya estado tantos años en segundo plano es que “la izquierda abertzale recoge esas aspiraciones de rebeldía, con otro móvil, y no les interesa la república”, y que “la transición se hizo sin una ruptura clara con el franquismo. No se querían agitar los movimientos republicanos. Ahora se vuelve a hablar de república, pero ha pasado mucho tiempo y se ha desconectado del pasado”.

“Me parecía un deber contar esa otra Donostia”, comenta Usabiaga: “Había un ambiente pujante, republicano, con manifestaciones masivas. Yo tenía el punto de enganche por mi padre y, cuando me contaba estas cosas, pensaba que era una pena que no se conocieran. Me gusta poner mi escritura al servicio de los que han tenido un protagonismo en la historia y que no están reconocidos. Y en este caso es historia de aquí”.