Donostia: Más ganas de tamborrada que nunca

Ana Lasarte: “Salir de tambor mayor era un sueño desde niña”

La de 2023 será una edición doblemente especial para Ana Lasarte. Primero, porque podrá dejar atrás “dos años de fastidio” por no poder tocar. Y segundo, porque se estrenará como tambor mayor, “un sueño” para ella desde que era una niña y venía de Hernani a Donostia a seguir con entusiasmo la tamborrada.

“Estoy muy contenta y a la vez nerviosa, porque tengo mucho respeto a la tamborrada. El primer ensayo como tambor mayor estaba cardiaca perdida, pero la gente me ayudó mucho y salió bien”, cuenta Ana, que cuenta cómo ha heredado el cargo: “La persona que estaba de tambor mayor, Juan, se ha ido fuera a vivir. Yo iba de cabo, la junta decidió proponerme y yo encantada”.

“Ser tambor mayor ha sido un sueño para mí desde txiki”, reconoce Ana: “Soy de Hernani, los aitas me traían a ver la tamborrada y desde entonces tenía ese gusanillo. Ahora ya llevo 29 años en la tamborrada”, dice la integrante de Kaialede, una de las compañías más numerosas de la Parte Vieja, ya que está formada por 50 tambores, 35 aguadoras y 101 barriles.

Ana ya descuenta las horas para salir, algo que sucederá justo cuando arranca el día de San Sebastián, la medianoche del próximo viernes. “Hacemos la izada en Kaialde y tocamos hasta las cuatro de la mañana. Han sido dos años de fastidio y ahora se nota que la gente está con unas ganas especiales, incluso se están tomando más en serio los ensayos. Estamos todos felices, tenemos muchas ganas de disfrutar y de pasarlo bien”.

Izaro Alkorta: "Vivo mucho la fiesta, es un día muy grande"

Itxaspe es una de las ocho compañías que se estrenará este año y al frente de un grupo formado por 20 tambores y 60 barriles –con mayoría femenina, 52 mujeres– está la tambor mayor, Izaro Alkorta, una de esas apasionadas de la fiesta que hace doblete, ya que también desfila en el Real Club de Tenis de San Sebastián.

“Itxaspe Kultur Elkartea es una asociación creada en torno al batzoki de El Antiguo y, como actividad para integrarse en la cultura y las fiestas del barrio, se les ocurrió sacar una tamborrada. Los organizadores, que son Markel, Eñaut, Aitana y otras personas de alrededor de 30 años, pusieron un tope de 80 personas y hay hasta lista de espera”, comenta Izaro, una muestra de las ganas que hay de fiesta este año. Hasta en las compañías nuevas hay personas que se han quedado con las ganas de participar.

Cuando le propusieron ser la tambor mayor, Izaro reconoce que sintió “vértigo” porque “nunca” había dirigido y por lo “mucho” que significa la tamborrada para ella, pero se animó porque también supone para ella “una satisfacción impresionante”. Los ensayos le han quitado cualquier tipo de miedo: “Ya el primer día fue muy bien, me llevé una grata sorpresa. Vi que sabemos tocar y, además, todos me han ayudado mucho”.

Dice Izaro que “la gente está ilusionada, con muchas ganas”, y realza la importancia del 20 de enero para los donostiarras: “Vivimos mucho la fiesta, al menos yo lo hago. Dos años sin tocar es mucho. Igual uno de fuera no lo entiende y piensa que somos un poco friquis, pero es un día muy grande. Se están contagiando la alegría y las ganas de fiesta”.

Itxaspe saldrá el viernes a las 11.30 horas desde la plaza José María Sert y en su recorrido, de casi tres horas, compartirá ratos con otra tamborrada nueva, Otsoaron Ulua, y con los “veteranísimos” de Istingorra: “Con ellos nos tiene que salir niquelado”, dice riéndose.

Iñaki Lizarza: "El tope eran 120 niños y se apuntaron 177"

Iñaki Lizarza es una de esas personalidades conocidas en el mundo de la tamborrada. Se encargó durante 23 años de la tamborrada infantil de Santo Tomas Lizeoa, participa en la de adultos de la Unión Artesana y ahora ha sido uno de los encargados de sacar adelante la compañía infantil de la Artesana, que desfilará este año por primera vez.

“Nos animamos a sacar también compañía infantil porque queríamos dejar algún legado especial por los 150 años (efeméride que la Unión Artesana celebró en 2020). Hicimos un grupo de doce personas y lo organizamos”, comenta Iñaki, que celebra el éxito que ha tenido esta convocatoria inicial: “Pusimos como tope 120 chavales para ver cómo iba la cosa y se apuntaron 177. Hemos tenido que dejar a unos cuantos fuera porque la prioridad era para hijos, nietos y sobrinos de los socios. El año que viene habrá que ampliar el cupo”. Esta buena acogida responde, según este vecino donostiarra, a que “los niños, o salen en la ikastola, o casi no tienen tamborradas. Es lo que les pasa también a los jóvenes de 14 a 18 años”.

Iñaki reconoce ser “un gran fan de la tamborrada”. Este año estará pendiente por la tarde de la infantil –el día 19 de 18.00 a 20.20 horas– y luego, por la noche, saldrá en la de adultos: “Es un día muy especial. Tenemos ganas de recuperar la fiesta. Hay más ganas que nunca. Nosotros abrimos el plazo para apuntarse a la cena de la víspera en la sociedad y en un día se llenó y se superó el aforo. Tenemos para 80 personas o así y nos apuntamos 120, más que otros años”. 

Respecto a posibles novedades en la Artesana de adultos, reconoce que puede haber alguna “sorpresa” que prefiere no revelar, aunque lo mejor es “no hacer nada especial” porque “lo importante es salir”. Eso sí, tendrán un recuerdo “emotivo” para Andoni San Martín, un socio que falleció el pasado año y cuyos hijos salen en la compañía infantil.

Roberto Baptista: “Tocaremos la marcha con gaiteros”

Casa Galicia pondrá este año una nota distintiva con la presencia de gaitas en su desfile. “Un año ya tuvimos gaitas, pero luego nos resultó complicado cuadrar con los gaiteros. Este año hemos conseguido juntar a cinco gaiteros de Donostia y tocaremos la marcha de San Sebastián con ellos”, cuenta el tambor mayor, Roberto Baptista: “Hemos ensayado con ellos y queda bien, diferente. A nosotros nos gusta. Tocamos con ellos una pieza al inicio del desfile en nuestra sede”.

Considera Roberto que novedades como las gaitas resultan “importantes” para realzar el acento gallego de esta compañía que participa en la fiesta desde 2006: “También el traje tiene un guiño gallego, es el de los oficiales del cuarto ejército de Galicia”. 

El ambiente en los ensayos está siendo inmejorable. “Solo la preparación, sacar los tambores y los trajes... después de dos años se ha generado un sentimiento de fiesta muy bonito. Antes de los ensayos quedamos para tomar algo y después cenamos juntos”, comenta Roberto, que insiste en la idea de otros participantes: “Sí que se notan las ganas. Otros años la gente se suele quejar de que hay muchos ensayos y este año nada. Todos hemos venido animados. Vas por la calle y escuchas otros ensayos, ya no queda nada y se nota el ambiente”.