El Hotel María Cristina, es el hotel más conocido y emblemático de Donostia. Fue inaugurado en 1912, a la vez que el Teatro Victoria Eugenia, y a su inauguración, el 9 de julio, acudió la Reina María Cristina como primer huésped. “La Reina María Cristina estaba profundamente enamorada de esta ciudad y disfrutaba de largos periodos vacacionales en ella, siendo la embajadora ideal para el destino, fomentando los viajes de la nobleza y de la aristocracia. Es así como la ciudad se convirtió en uno de los destinos más respetados de Europa, dándola a conocer entre lo más granado de la clase alta europea”, asegura Borja García, el director del hotel que lleva el nombre de la reina.

Es el alojamiento preferido de importantes políticos, artistas y diseñadores para sus reuniones y donde se siguen alojando las estrellas del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que comienza este próximo viernes y durará hasta el día 24. Además, fue al estrenarse como sede del festival, cuando el hotel adquirió su fama internacional.

“El hotel a lo largo de historia ha acogido clientes como la infanta Eulalia, Alfonso XIII, la reina de Bulgaria, el rey Faruk de Egipto, el príncipe Aki Hito de Japón, los infantes D. Carlos de Borbón y Doña María de Orleans. Además de duques, marqueses, presidentes de diferentes repúblicas e importantes personalidades del mundo del arte y de las letras”, recalca García. En la posguerra, llegó la moda de París a Donostia, y el Hotel María Cristina recibió a grandes del diseño como Worth, Jean Patou, Paul Poiret y Cocó Chanel. Más tarde, el Pacto de San Sebastián propició que la ciudad acogiera la reunión de la Alianza Republicana y con ella a los jefes de los diferentes partidos que se reunieron para acordar un frente e ideario común.

Evolución

El hotel María Cristina es obra del arquitecto francés Charle Mewes, diseñador de hoteles como el Ritz de Madrid y el de París. Después de la segunda Guerra Mundial, en el año 1948, se amplió y se mejoró mediante la obra creada por el arquitecto Manuel Urcola con la que el edificio pasó de tener su forma de L original a tener la forma de U que tiene ahora. En la década de los sesenta, comienza a percibirse un cambio en la sociedad y sus gustos y el María Cristina inició su adaptación a los nuevos tiempos sin perder la majestuosidad y el brillo ganados durante la Belle Epoque. “Baños individuales a la totalidad de sus habitaciones, que se amplían, además de mejorar el mobiliario y la decoración. En Junio de 1985, formando parte de la cadena de hoteles CIGA, se decide comenzar un completo trabajo de remodelación en el que trabajaron 42 gremios diferentes, con un proyecto de ejecución y reforma realizado por el arquitecto D. José Miguel Martín Herrera”, cuenta Garcia. Al finalizar estas obras, el hotel adquirió la categoría de cinco estrellas.

El 5 de julio de 1987 tuvo lugar la reinauguración contando con un concierto del gran tenor José Carreras y la presencia de una destacada representación de prensa extranjera y estatal. “El nuevo hotel fue presentado como eminentemente de vanguardia en cuanto a sus instalaciones se refiere, con interiores totalmente renovados. El confort, el estilo y el excelente servicio, junto a la refinada cocina, brindan una estancia inolvidable al más exigente viajero”, asegura el director del María Cristina.

El hotel también se usó como hospital en la época de la pandemia y se habilitó para recibir enfermos de coronavirus en el 2020.

Plaza de Oquendo

Se barajaron diversas opciones para situar el hotel María Cristina y el teatro Victoria Eugenia, que se edificarían juntos. Una de las primeras opciones fue construirlos frente a la bahía de La Concha, pero finalmente, se decidió edificarlos al borde de la desembocadura del río Urumea, donde se encontraba la escultura del Almirante Oquendo, que aún continúa en el mismo lugar. El Ayuntamiento de Donostia aprobó la decisión con la condición de que tanto el hotel como el teatro pasaran a ser propiedad municipal al cabo de 70 años desde su apertura si este le cedía el espacio de construcción. “Los hoteles de la marca The Luxury Collection de Marriott International se caracterizan por estar ubicados en el interior de propiedades singulares con un gran valor histórico y arquitectónico. En este caso, el María Cristina fue el primero de los objetivos de la Sociedad de Fomento, que quería construir un gran hotel y un suntuoso teatro que estuviesen a la altura de nuestros visitantes cerca del paseo de la Concha”, comenta García.

Como se había acordado, en 1982 el Hotel María Cristina pasó a manos del Ayuntamiento y actualmente el hotel está gestionado por la división de hoteles de lujo The Luxury Collection de la cadena Marriott Hotels, y anteriormente lo fue por las cadenas Leading Hotels of the World y Westin.

Servicios

  • Habitaciones. 139 habitaciones y suites elegantes y espaciosas con una atmósfera mágica de la Belle Époque.
  • Restaurantes. El hotel María Cristina cuenta con tres restaurantes. Uno que ofrece un servicio de desayuno buffet, el DRY Martini Bar con la mejor degustación de cócteles y el restaurante The Gallery para comidas o cenas.


Actualmente, el hotel cuenta con un total de 136 habitaciones y tres restaurantes de lujo: María Cristina Breakfast, con una selección que incluye fruta fresca, quesos vascos, salmón ahumado y una amplia variedad de platos calientes con el pan, las pastas y la repostería horneados cada mañana en el propio hotel; Dry Bar, un elegante espacio en el que disfrutar un té, cócteles de autor, y una amplia variedad de tapas tradicionales o platos principales; y Café Saigón, un espacio con vistas al teatro Victoria Eugenia, que ofrece una carta asiática, con especialidades de Indochina, Japón y Vietnam, entre otros países. Además, este hotel suele alojar a grandes amantes de la cocina de lujo que vienen a degustar los menús de grandes restaurantes con estrellas Michelin. Y es que, Donostia es una de las ciudades del mundo con el mayor número de estrellas Michelin por metro cuadrado, en la que la gastronomía es un arte y una identidad y que cuenta con tres restaurantes con la máxima puntuación: tres estrellas.

El equipo de profesionales está muy bien formado y cuidado. “La mayoría de nuestros trabajadores cuenta con muchísima experiencia en el mundo de la hostelería. En concreto, en el María Cristina, tenemos empleados que llevan con nosotros más de 30 años. Estamos orgullosos de tenerlos entre nosotros porque ellos son el corazón del hotel. Contamos, sobre todo, con personas que sienten verdadero amor por esta profesión, y eso, en este negocio, es absolutamente clave”, recalca Borja García.

En definitiva, alojarse en el María Cristina es vivir desde dentro la ciudad, ya que es un icono de la misma. En el interior del hotel se observan muy de cerca las tradiciones de esta tierra: “las elegantes txapelas de los conserjes que están en la puerta, o la copa de txakoli rosado que se sirve a los huéspedes mientras hacen el Check-in”, recalca García. El hotel observa el detalle máximo en el servicio, como “la maestría de nuestros conserjes galardonados con las Llaves de Oro, que consiguen imposibles como reservarte mesa en un estrella Michelín en pleno agosto, es lo que nos diferencia de otros hoteles”, añade.

“Yo diría, y me guío sobre todo por lo que nos cuentan nuestros clientes, que nuestro producto estrella es el servicio amable, educado, genuino, personalizado y nuestros fantásticos desayunos”, añade el director. Un desayuno buffet con carta de sugerencias para disfrutar con tiempo, contemplando las vistas al río Urumea y al teatro Victoria Eugenia. l