Los donostiarras volvieron a celebrar este jueves sin restricciones el festejo que da inicio al verano en la ciudad: la celebración en torno al árbol de San Juan, en la víspera de la festividad del santo. La lluvia amenazó pero esperó a que terminase el tradicional acto.

Como es habitual, un fresno situado en mitad de la plaza de Constitución fue el protagonista, así como los dantzaris, los corporativos que bailaron y el público. Los espectadores tuvieron aforo limitado en las últimas celebraciones a causa de la pandemia.

El acto comenzó comenzó con la interpretación del zortziko de San Juan, tras el que la Banda Municipal de Txistularis interpretó la eskudantza, dando paso a que los concejales entraran en el círculo de baile.

Después, dantzaris con antorchas se colocaron alrededor del árbol y, tras las palabras del alcalde, que bailó también en la ceremonia, dieron fuego al árbol de San Juan. El acto prosiguió con un baile a lo suelto y una kalejira protagonizada por todos los participantes.

Como es habitual, tras la quema del árbol se entregaron trozos de corteza de árbol entre los presentes, como símbolo de esperanza para el nuevo periodo que comienza. Una nube de público rodeó el árbol para obtener su amuleto.

El acto, en el que tomaron parte los grupos Goizaldi, Arkaitz, Eskola y Gero Axular, terminó con una romería a cargo de la Banda Municipal de Txistularis.