Un cercado de cuerda ha sido colocado alrededor de los jardines del paseo de Francia de Donostia con el fin de proteger los narcisos que, aunque ya no lucen como a finales de febrero porque están marchitos, necesitan fortalecer sus bulbos para que el año próximo puedan volver a florecer.

Así lo explicaron ayer a este diario fuentes del Ayuntamiento de Donostia, que recordaron que han sido colocados carteles informativos para que la ciudadanía conozca los motivos de particular vallado. El cercado se mantendrá hasta que se corten las flores, aunque aún no ha llegado el momento.

La plantación de estas llamativas flores amarillas se acompañó el pasado año con una vallas de madera, que llamaron la atención de muchos paseantes, que pensaban que era un obstáculo para que los perros no hicieran sus necesidades en los jardines. La protección permitió que los bulbos de narciso florecieran y fueran admirados por muchos paseantes.