"Mi negocio ha durado metiendo más horas que un semáforo"
Calzados Larra cumplirá 80 años el 2 de noviembre. María Basogain y su marido, Jorge Pons, empezaron a trabajar el calzado en Ciudadela (Menorca). Por aquel entonces, el problema era tener zapatos para vender. Era época de posguerra y existía un cupo de cuero para vender en Menorca, ya que este se tenía que distribuir por todas las provincias.
El 2 de noviembre de 1941 se asentaron en Donostia e inauguraron el primer establecimiento de Calzados Larra en la calle Hernani 23, que en el año 1996 se trasladó a la calle San Marcial 31, donde aún continúa. "Mi negocio ha durado en el tiempo no durmiendo y metiendo más horas que un semáforo. Muchos zapatos los suelo hacer yo y, aparte de eso, también hago esculturas, joyas... hago de todo", explica Jorge Pons.
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Ha sido siempre un negocio familiar caracterizado por el trato personal y la calidad de sus productos. Como anécdota, cuenta Pons que el primer par vendido fueron unas zapatillas blancas con marabú, que adquirió un actor que por aquel entonces trabajaba en el Teatro Principal.
Calzados Larra ofrece al cliente sus productos de diseño propio elaborados por fábricas artesanales. "Nosotros tenemos un público determinado de muchos años, y gente de fuera también. Normalmente, el cliente que compra aquí un zapato suele volver", explica Pons. Dispone de una colección de zapatos antiguos que expone en fechas señaladas. Entre 500 y 600 pares de zapatos, que datan desde 1880 a la actualidad.
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