- A lo largo del mes de junio el área de Salud Pública del Ayuntamiento de Donostia ha colocado ovitrampas en distintos puntos de la ciudad con el objetivo de controlar la posible proliferación de mosquitos tigre.

Las trampas, que permanecerán en su ubicación también en julio, consisten en unos botes de 300 mililitros que se rellenan con agua y que cuentan con una tablilla que sobresale y que es donde los mosquitos depositan sus huevos.

Desde el Consistorio también se procede a examinar el agua que haya quedado retirada en pequeños depósitos, como botellas o latas, con el objeto de detectar la existencia de larvas, que de aparecer se envían para su análisis al laboratorio.

En total se han colocado en la ciudad 85 ovitrampas, cinco en cada zona en la que se estima que podrían desovar estos insectos.

Y es que una de las particularidades del mosquito tigre es que las hembras no ponen huevos en el agua, sino por encima del nivel del agua o en zonas secas que se forman tras su retirada, algo que hace que queden a salvo de predadores naturales, como peces o anfibios.

Así, cuando suben las temperaturas lo huevos eclosionan y puede llegar a producirse una plaga de estos insectos que se incluyen en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta.

Son las hembras -de pequeño tamaño, de color oscuro y con rayas blancas en el tórax- las causantes de las picaduras que en el momento de producirse, algo que puede ocurrir incluso sobre la ropa, pasan desapercibidas, aunque con posterioridad pueden provocar molestias importantes.

Estos insectos, que pican durante el día y son más activos al amanecer y el anochecer, son transmisores de enfermedades tropicales como el zika, denge o fiebre amarilla.