donostia - Dos informes técnicos son contrarios al derribo parcial de los elementos interiores del Bellas Artes, solicitado por la empresa Sade, propietaria del edificio. De momento, el Ayuntamiento de Donostia sigue estudiando la solicitud de la Sade, tras acordar con ella una prórroga del plazo para otorgar o no la licencia de derribo parcial, ya que ha encargado un nuevo estudio que analizará con láser el estado actual de la estructura del inmueble. Además, el Gobierno municipal negocia con la empresa con intención de llegar a un acuerdo y una solución global para el edificio a corto plazo, tal y como avanzó recientemente el alcalde, Eneko Goia.
De todas formas, y a la espera de conocer los resultados del estudio con láser, los dos informes técnicos dados a conocer ayer son rotundos. Por un lado, el informe encargado a los arquitectos municipales explica que la sentencia judicial de finales de 2018 en la que se ampara la Sade para solicitar el derribo de los elementos interiores (la que anulaba la orden del Ayuntamiento que le obligaba a reponer la cúpula) consolida la obligación de los propietarios de reparar las vigas del techo de la sala de butacas y otra serie de elementos. Sin embargo, la licencia que solicita la Sade busca “el vaciado total del edificio en su volumen central”, dice el informe municipal. “La acción de reparar no puede ser similar a la de derribar”, por lo que “no es posible informar favorablemente”.
pedro ponce de león El Gobierno municipal encargó también un informe al respecto al arquitecto especialista en restauración de monumentos Pedro Ponce de León. El texto, además de hacer un completo repaso a la historia del edificio y a las distintas órdenes, sentencias y declaraciones sobre el teatro, afirma que “es necesaria la modificación y revisión” de la licencia que solicita la Sade que, según afirma, “contiene omisiones, inexactitudes y errores”.
El arquitecto afirma que la estructura del Bellas Artes “es estable y resistente tras más de 100 años de vida útil” a pesar de la falta de mantenimiento, que “no está agotada” y que “prácticamente no se ha deteriorado en los últimos diez años”. Añade que “los daños y patologías detectados parecen ser menores y su reparación es técnicamente viable”, al tiempo que apunta que “hoy en día existen técnicas de reparación de estructuras de hormigón absolutamente eficaces y económicamente viables, compatibles con materiales históricos del siglo XX”. En ese sentido, urge a emprender “labores mínimas de consolidación, reparación y conservación” y actuar, por ejemplo, para hacer frente a las filtraciones.
Sin embargo, el arquitecto reconoce que hay un “riesgo potencial y real de desaparición” del edificio y plantea que se elabore un estudio de viabilidad sobre las limitaciones del teatro y sus oportunidades y que implique también un plan de gestión y una línea de acción. También recuerda que la normativa vigente permite su ampliación y modificación. En ese sentido, apela al Ayuntamiento al “diálogo” con la propiedad y a “explorar todas las posibilidades para la protección y puesta en valor del edificio sin olvidar las diferentes opciones de adquisición del inmueble”.
oposición El Gobierno municipal entregó ayer a los tres grupos de la oposición estos dos informes, después de que EH Bildu, PP y Elkarrekin Donostia denunciaran que el Gobierno municipal los ocultaba y no se los entregaba. Ambos están fechados a finales de julio y llegaron al Ayuntamiento a finales de agosto. A lo largo del mes de septiembre tanto EH Bildu, como el PP y Elkarrekin solicitaron los estudios en diversas ocasiones, tanto a través del registro como en interpelaciones en comisión a la concejala de Urbanismo Sostenible, Nekane Arzallus. Incluso, a pesar de ser inusual, concejales de los tres grupos hicieron una comparecencia pública conjunta para denunciar que el Gobierno municipal les impedía realizar su labor de control al negarles el acceso a la información.
Tras entregarles los informes ayer, Arzallus insistió en que “no se ha ocultado ningún dato” y añadió que los técnicos necesitan “un margen para trabajar los temas”. “El informe se presenta ahora, poco más de un mes después de recibirlo, tiempo que se ha empleado en analizarlo y sacar conclusiones”, apuntó.