donostia - La villa Stella Maris del paseo de Zubiaurre 27 comenzó a ser derribada ayer para llevar a cabo el proyecto de construcción de un supermercado y un aparcamiento de 80 plazas en el solar. La propuesta obtuvo recientemente el visto bueno del departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, lo que ha dejado vía libre al inicio de los trabajos.

La villa Stella Maris es uno de los cerca de 250 edificios de la ciudad que podrían pasar a formar parte del Plan Especial de Patrimonio Urbano Construido (Peppuc). Forma parte, además, del listado de villas de interés encargado por el Ayuntamiento a miembros de la asociación de defensa el patrimonio Áncora. Esta situación, sin embargo, no ha impedido que el edificio sea pasto de las excavadoras para su transformación en un pabellón de supermercado.

En octubre, el departamento de Urbanismo anunció que aprobaría ese mismo mes una moratoria para evitar casos como este, es decir, que edificios no protegidos, aunque en estudio para una posible catalogación, desaparezcan antes de una decisión sobre su futuro. La moratoria, sin embargo, no se ha aprobado y el edificio ha comenzado a ser suprimido, como se aprecia en la imagen.

Tras conocer el inicio de la demolición de la villa de Ategorrieta, el concejal de Irabazi Loïc Alejandro criticó la situación y aseguró que “el Gobierno municipal, formado por PNV y PSE, sigue derribando villas singulares en la ciudad, provocando una incesante pérdida de patrimonio urbanístico, y poniendo en evidencia el doble juego del Gobierno Municipal en la materia”.

Alejandro también se refirió al anuncio del concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, y el portavoz socialista, Ernesto Gasco, que aseguraron hace dos meses que se había “acordado suspender licencias de derribo hasta que la revisión esté concluida y se sepa qué edificios son protegidos y cuáles no”. En palabras de Alejandro, “el juego del gato y el ratón al que se dedica el Gobierno PNV-PSE con la ciudadanía es deplorable, pero los y las donostiarras ya no se dejan engañar”.

El edificio en demolición fue diseñado por el arquitecto José de Goicoa y está en pie desde el año 1903. Ha sido propiedad de la congregación Hermanas de Santa Marta de Périgueux y lleva años vacío, tras una época destinado a centro escolar.