Las instalaciones de los bomberos en Garbera fueron ayer el escenario del recibimiento oficial a los 42 nuevos funcionarios que han logrado conseguir su plaza tras un proceso que ha durado tres años y que ha buscado reducir el alto índice de interinidad en este colectivo de trabajadores, que era del 60% y ahora ha pasado a ser del 5%. La única mujer que ha logrado pasar las pruebas del proceso no ha obtenido plaza, aunque está en la bolsa de trabajo, por lo que no será extraño verla trabajando en un futuro no muy lejano.
La alegría fue la tónica general de una ceremonia sencilla aunque llena de ilusión, como demostraban los rostros de los expertos en emergencias, algunos de los cuales ya eran trabajadores interinos del cuerpo. Entre quienes no lo eran había también bomberos que han prestado sus servicios para la Diputación de Gipuzkoa o en otros territorios y que ahora, por fin, se sienten seguros en sus puestos de trabajo, además de hacer más segura a toda la sociedad con su labor.
La entrega de los cascos numerados a cada uno de los nuevos bomberos con plaza por parte del alcalde, Eneko Goia, y el concejal de Seguridad, Martin Ibabe, fue el momento final de un acto, en el que las familias sacaron cientos de fotografías para la posteridad. “En los próximos años, uno de vosotros va a estar siempre en estas instalaciones; vais a ser el corazón de San Sebastián”, les dijo el jefe del servicio, Imanol Andonegui.
El alcalde, por su parte, destacó el esfuerzo de los especialistas en emergencias y extinción de incendios y les felicitó. Destacó también “el espíritu de entrega y sacrificio que requiere esta profesión, que en situaciones adversas ponen en riesgo su propia integridad física”. Por su parte, el concejal de Seguridad recalcó que la incorporación aporta savia nueva entre los trabajadores de los bomberos. “Hace rejuvenecer la plantilla porque, hasta el día de hoy, la media es de 50 años”, dijo.
En el Cuerpo de Bomberos de Donostia trabajan divididos en seis turnos. Cada uno de ellos está formado por un sargento, tres cabos y doce bomberos-conductores. Estos deben ser capaces de manejar vehículos como camiones, motos de agua, todoterrenos... Entre sus tareas no solo se encuentra la extinción de incendios en viviendas, industrias o bosques, también se ocupan de salvamentos, rescates de tráfico y de ascensores y todo tipo de asistencias técnicas, como las relacionadas con las caídas de cascotes de fachadas y la retirada de los nidos de avispas asiáticas, una tarea que cada vez les requiere más trabajo.