Richard Oribe se siente muy querido. Desde que supo que será el Tambor de Oro de 2018 "va por la calle saludando a todo el mundo, como el Papa". Lo dice su entrenador y amigo Javier Aymerich. Y es que ha sido elegido por los donostiarras que le han votado y eso otorga al galardón un valor añadido, el del cariño y el reconocimiento de su ciudad.
Cuando entra en la piscina, Richard Oribe se encuentra en su elemento y en el agua se hicieron las fotografías que ilustran este reportaje, entre largo y largo. Y desde esa misma piscina sonríe Oribe cuando se le da la enhorabuena y asegura estar "feliz".
Llevaba Richard todo el día perseguido por las cámaras del equipo que estaba rodando el pequeño documental que se emitirá en la entrega del Tambor de Oro y los profesionales encargados de realizarlo solo tenían buenas palabras para el galardonado. "No pone una mala cara", aseguraban.
Su preparador le cronometraba cada largo mientras calculaba cuántos le faltaban para finalizar el entrenamiento del día. Mientras, Aymerich explicaba su reacción y cómo ha visto a Richard desde que se dio a conocer la noticia.
"Es una noticia genial, sobre todo porque es fruto de una decisión popular, no proviene de ningún político", destacaba Aymerich, que añadía que Oribe, "que no se queja nunca", sí que había expresado cierta pena porque sus numerosos logros deportivos no habían conseguido "mucho eco en los medios".
"Este es un gran reconocimiento de su ciudad", añadió el que es mucho más que un entrenador para Richard. "Que vaya a recibir el Tambor de Oro me ha permitido decirle a Richard que sus 20 años en el deporte de elite tienen ya un gran reconocimiento en Donostia". Pero ahora, añade , "Richard sabe muy bien que le quieren por lo que ha hecho, pero también por lo que es".
Si alguien ha trabajado duro para que Donostia conceda a este incansable deportista el Tambor de Oro es su madre, Rosa Lumbreras, cuya felicidad al enterarse de la noticia era tal que, aseguraba, haberlo conseguido suponía "la culminación".
"Llevábamos tantos años intentándolo que ahora que se lo han concedido nos ha llegado directo al corazón", un corazón que a buen seguro latirá más fuerte y rápido que nunca en el acto que tendrá lugar mañana al mediodía en el salón de plenos. Estos días son frenéticos para Richard y todos aquellos que le rodean. 24 horas son pocas para atender todos los compromisos de este deportista que ha hecho de la superación bandera y de la lucha, virtud.
Su club, el Konporta K.E., lo subrayaba en la carta de presentación de su candidatura. Richard Oribe, a lo largo de su vida, ha "propagado a los cuatro vientos su sentir donostiarra con orgullo", difundiendo la imagen "de una ciudad inclusiva que ha apostado por las personas con diversidad funcional".
Amor por Donostia Ha paseado su amor por Donostia por todos los escenarios que han sido testigo de sus éxitos, que son muchos. Richard Oribe ha tomado parte en seis Juegos Paralímpicos y aunque se retiró de alta competición en 2016, sigue entrenando con tesón a diario.
De esas participaciones son fruto 16 medallas paralímpicas, de las que ocho son de oro, logros que le sitúan como el nadador afectado de parálisis cerebral con mejor palmarés del mundo. En ese listado se incluyen, entre otras muchas gestas, las 22 medallas conseguidas en los seis Campeonatos del Mundo en los que ha tomado parte, habiendo batido récords mundiales en 48 ocasiones.
Aymerich explica que, disciplinado por naturaleza, Richard va al gimnasio tres mañanas a la semana para entrenar con pesas y máquinas cardiovasculares. Los otros dos días acude a la consulta de su logopeda, dado que "continúa esforzándose por aprender a hablar bien porque su parálisis cerebral le ha afectado a la audición y al lenguaje".
No es Oribe una persona que dé un paso atrás ante las dificultades, ni tampoco de esas a las que les gusta estar paradas. Cada tarde, entre las 16.00 y las 18.00 horas, acude a las piscinas Paco Yoldi para colaborar con el club Konporta K.E. en la formación de los nadadores jóvenes que, como es su caso, tienen algún tipo de discapacidad. También actúa como monitor de Atzegi dos días por semana.
Y después vuelve a su medio, al agua, para realizar sus entrenamientos, aunque el grado de exigencia sea menor que el que ha mantenido en los últimos veinte años.
Por su forma de ser y de proceder, la tamborrada de Aspace le rendirá homenaje hoy a las 10.30 horas en Goienetxe, otro acto con una importante carga emotiva.
Son estas y muchas otras razones las que hicieron que todos los portavoces municipales, en el pleno en el que se corroboraron los galardones de la fiesta, coincidieran al destacar que Oribe es un "ejemplo", un espejo en el que muchos jóvenes se miran y un reflejo de los valores que Donostia pretende transmitir.