El puerto donostiarra vive hoy una jornada muy especial ya que se celebran dos aniversarios señalados. Tal día como hoy se creó hace 106 años la primera Escuela de Pesca del Estado y hace 152 años que murió, en trágicas circunstancias, el marinero José María Zubía, Mari.

La pionera escuela echó a andar en el salón escolar de la iglesia San Pedro de los Mareantes del muelle donostiarra. A la inauguración acudieron 38 pescadores con edades comprendidas entre los 15 y los 33 años que encontraron en ese centro un lugar en el que recibir sus primeras lecciones sobre faros y luces de puerto entre Matxitxako y Capbreton, que se impartieron tanto en euskera como en castellano.

Pero, además, los arrantzales tuvieron acceso a un largo listado de materias desde el dibujo y la caligrafía a la mecánica de vapor y la meteorología.

Muchos de aquellos alumnos no sabían ni tan siquiera leer y escribir, algo que aprendieron a hacer en la escuela del muelle, donde se les enseñaron también las cuatro reglas.

La existencia del centro se propagó de boca en boca y para finales de año eran 70 los pescadores que acudían al mismo recibiendo clases de forma gratuita, ya que eran abonadas por la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa, impulsora de la iniciativa.

El sacerdote zumaiarra José Cendoya, párroco del muelle, cedió el uso de las salas de la iglesia para que fueran utilizadas como aulas. De familia de pescadores, sobrino de Mari, Cendoya conocía bien el mundo de los arrantzales, lo que facilitó que alcanzara buenos resultados en una materia a la que la Sociedad Oceanográfica prestó especial atención con el fin de que las clases resultaran más efectivas: la sociología oceanográfica.

Bajo este término se integraba el estudio de las gentes del mar con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida a nivel económico pero también social, cultural e incluso moral.

Al mediodía de hoy el presidente del Aquarium, José Ignacio Espel, realizará una ofrenda floral en la iglesia de San Pedro, además de otra ante el busto de Mari.

Héroe Hoy se recordará especialmente la figura de este marinero y pescador que llevó a cabo numerosos salvamentos en el agua.

Fue un 9 de enero cuando falleció, un día en el que volvió a salir a la mar para tratar de rescatar a la tripulación de una txalupa de Getaria que intentaba entrar en el puerto de Donostia cuando se desató una fuerte tormenta de forma repentina, causando la muerte de un total de 38 marineros.