donostia- Pasear por las calles donostiarras supone encontrarse con un importante número de obras en la vía pública.
Las actuaciones de gran envergadura acostumbran a tener gran repercusión, no así esas pequeñas intervenciones necesarias para que la ciudad funcione.
Cada viernes el concejal de Vías Públicas, Miguel Ángel Díez, se reúne con técnicos municipales y representantes de la empresa adjudicataria del servicio para diseñar el calendario de obras de la semana.
Solo en una jornada pueden estar efectuándose, de forma paralela, una decena de actuaciones en la vía pública. Como muestra vale el planing de la jornada de ayer, en la que 21 operarios se repartieron nueve obras de pequeño calado.
Según explicó el concejal de Vías Públicas, en la medida de lo posible -y con el objeto de abaratar costes y ganar en efectividad- se trata de agrupar por zonas las salidas que los operarios deben llevar a cabo.
Solo en el día de ayer se pudo observar cómo dos trabajadores revisaban el vallado del puente de Astiñene para realizar las reparaciones oportunas si fuera necesario para garantizar que impide el paso de peatones. El mismo equipo se desplazó posteriormente a la calle Secundino Esnaola, con el objeto de llevar a cabo trabajos de reparación de la acera. Otros tres operarios acudieron a la calle Julio Urkijo con idéntico fin, reparar una acera en mal estado.
En el listado de obras de ayer se hallaba también la reparación del muro del Cementerio de los Ingleses, en el monte Urgull.
Siguiendo el criterio de agrupar las intervenciones por zonas, ayer le tocó el turno a Larratxo. Por una parte se procedió a la reparación del bordillo y la acera a la altura del número 98 y, por otra, se acudió hasta el número 30 con el fin de eliminar el parterre allí existente.
En la plaza de Cataluña las obras llevadas a cabo consistieron en el tratamiento del suelo (abujardado) en algunos puntos que lo requerían, y en el camino de Pillotegi, en el entorno de las universidades, la tarea a realizar consistió en limpiar la cuneta. Ya en el centro de la ciudad, en la plaza de Okendo, se procedió a realizar parcheos en las losas y adoquines en mal estado.
Todo un puzzle que puede descolocarse, recordó Díez, cuando ocurre cualquier emergencia.- A.L.