donostia - El cierre definitivo del polideportivo de Altza, previsto para el 1 de septiembre, se retrasará todavía algunas semanas más, hasta que se ejecuten en Intxaurrondo las obras previstas para conseguir una sala más.
Donostia Kirola prevé que la mayor parte de los usuarios de las instalaciones de Altza (unos 200.000 al año) se redirijan a los polideportivos de Bidebieta e Intxaurrondo mientras duren las obras de construcción del nuevo polideportivo y por eso ha decidido dividir una sala en este último para ganar así espacio ante el incremento de usuarios de los próximos años. También en Bidebieta se ha acondicionado una sala más para ciclo indoor, una de las actividades más demandadas en Altza.
La obra de Intxaurrondo es sencilla pero la tramitación se ha retrasado y todavía no ha comenzado, por lo que Donostia Kirola ha decidido aplazar el cierre de Altza hasta que la intervención esté completada, lo que podría prolongarse todavía algunas semanas, según explicó ayer el concejal de Deportes, Martin Ibabe, que no se atrevió a dar una fecha concreta para la clausura de Altza.
De todos modos, los trámites previos para las obras de derribo y construcción del nuevo polideportivo avanzan. La ejecución de los trabajos ya se ha sacado a concurso y está previsto adjudicarla a finales de septiembre para que los trabajos puedan empezar a lo largo del mes de octubre o noviembre. A partir de entonces, transcurrirán unos dos años hasta que los altzatarras puedan estrenar las nuevas instalaciones.
El proyecto para construir el nuevo polideportivo tiene un presupuesto de 14,8 millones de euros y permitirá crear una instalación moderna con piscinas exteriores. El edificio actual fue construido en 1989 y su estructura metálica y los cerramientos han sufrido daños importantes por oxidación.