La previsiones del tiempo no arredraron ayer a numerosos donostiarras, que se acercaron a la Parte Vieja para recordar la jornada del 31 de agosto de 1813, fecha en la que Donostia fue incendiada por tropas angloportuguesas. El tradicional y emotivo apagón de la calle y el encendido de miles de velas en los balcones fueron los momentos de recogimiento final en recuerdo de los fallecidos de hace 202 años.

La jornada tuvo también, como en los últimos años, un desfile de tropas, con unos 600 participantes de distintas asociaciones que representan batallas históricas. Las compañías se detuvieron frente al número 25 de la calle, donde residía la recientemente fallecida Amaia Bontigui, impulsora de la conmemoración del incendio. Se escuchó la Marcha de San Sebastián y los participantes honraron la memoria del alma mater de esta celebración, que ha dejado de ser un acto íntimo de la calle para convertirse en un festejo atractivo para locales y visitantes.

Como es habitual, la organización de la sociedad Kañoyetan tributó otro homenaje, en esta ocasión, al coro Easo y al grupo de danzas Eskola, en la antigua Puerta de Tierra, en la actualidad la entrada a la calle San Jerónimo por el Boulevard. Representantes de ambos colectivos culturales que cumplen este 2015 75 años asistieron a la ofrenda floral, en compañía del alcalde, Eneko Goia.- N.G.