Donostia - El Ayuntamiento de Donostia preveía ayer terminar con una primera tanda de retirada de piedras en Ondarreta, que comenzó en la tarde del pasado martes, aprovechando la bajamar. Aunque, en un principio, los operarios calculaban que estarían tres noches trabajando, en la tarde de ayer se confirmó que con dos sesiones sería suficiente para finalizar la operación, según informó el Consistorio.
En esta primera retirada de piedras de la temporada, las máquinas movieron cerca de 3.000 metros cúbicos de arena, un 30% de los cuales estaban compuestos por piedras, lo que arroja 1.000 metros cúbicos de material pedregoso. Los trabajos ejecutados persiguen retirar los fragmentos de mayor tamaño que han aflorado sobre la orilla aunque durante la operación se comprobó que existen otros guijarros, menos voluminosos, que también será necesario retirar para posibilitar que no se acumulen en la playa con bajamar, como suele ser habitual.
Según informó el Ayuntamiento, se ha constatado que en la orilla de la playa durante la bajamar se acumulan piedras de pequeño tamaño que se van moviendo con las mareas. Para ir retirándolas, el Ayuntamiento hará uso de un tractor dotado de una cribadora, que irá eliminando estos guijarros. “La acción se irá realizando periódicamente a lo largo del verano para mantener la playa en condiciones”, añadió el comunicado del Gobierno municipal. El tractor se probó ayer mismo y “podría incorporarse al mantenimiento de la playa el resto de la temporada”.
Una vez que se haya retirado la primera capa de piedras aparecida recientemente en Ondarreta, se volverá a extender sobre la zona la arena que ha sido removida en la operación.
“escepticismo” La retirada de las piedras no ha sido del agrado del colectivo ecologista Eguzki, que destacó ayer su “escepticismo” en torno a la eficacia de la actuación y su “preocupación en caso de que la retirada de piedras se prolongue” durante años. A su juicio, a pesar de que en los últimos años se han retirado “decenas de toneladas” el problema no se ha solucionado sino que “se ha recrudecido”.
Para Eguzki, esta retirada puede servir “para dar la sensación ante la ciudadanía de que se hace algo”, pero el problema estructural seguirá tal cual”.