donostia - Los vecinos de Bidebieta, Intxaurrondo y Ulia pueden ya inscribirse para participar en el sistema de compostaje comunitario. Estas tres nuevas zonas se suman a las siete existentes en toda la ciudad.

El proyecto está dirigido a las familias que, por voluntad propia, separan los restos orgánicos de su cocina para depositarlos en el compostador comunitario, obtener compost y aportarlo de nuevo al suelo de donde salió, cerrando así el ciclo.

El compostaje comunitario se inició en Donostia en el año 2011 en cuatro barrios de la ciudad -Añorga, Igeldo, Zubieta y Aiete-, con la implicación directa de 66 familias, aunque el objetivo era alcanzar las 125.

El procedimiento llevado a cabo entonces consistía en verter la materia orgánica en pequeños contenedores ubicados en un recinto al aire libre, una fórmula que, tras la incorporación el pasado noviembre de los barrios de Morlans, Ibaeta y Martutene, varió para incorporar casetas de madera. Todo ello con el objetivo de ahorrar espacio y economizar.

Tras la implantación de las casetas, la manera de gestionar la materia orgánica cambió. Cada una de estas pequeñas construcciones cuenta con cuatro celdas en las que los vecinos tienen la posibilidad de depositar la basura orgánica necesaria para generar el compost. Cada familia tiene una llave mediante la que acceder a la caseta y, asimismo, se ofrece la oportunidad de disponer del compost obtenido y de disfrutar de beneficios económicos. Quienes participan en el sistema de compostaje, una vez creado el grupo, tienen la posibilidad de obtener formación para conocer su funcionamiento.

Esta fórmula es uno de los tres sistemas que impulsa el Consistorio donostiarra para favorecer el reciclaje de la basura orgánica. 827 familias participaban el pasado año en el segundo sistema (autocompostaje en los propios domicilios), mientras que 16.750 lo hacían en el tercero, el de los contenedores marrones instalados en toda la ciudad.